El número de muertos en los enfrentamientos entre policías y supuestos narcotraficantes, que se iniciaron el lunes en Río de Janeiro, se elevó a 35, según el más reciente reporte oficial de la Policía Militar.
El boletín del organismo castrense indicó que hasta ahora los tiroteos y acciones de violencia y represión registran 35 personas muertas, 197 detenidas, 96 vehículos incendiados y tres agentes heridos, además de un número todavía no contabilizado plenamente de civiles hospitalizados.
El número puede ser mayor debido a que el balance no incluye las acciones de otras fuerzas policiales y versiones de prensa indican que el número de muertos ya llega a 43.
En una de las acciones del día, los agentes decomisaron 900 kilos de drogas en una residencia de la favela Vila Cruzeiro, que junto a la del Complexo do Alemao, concentran los operativos policiales en casi una treintena de comunidades pobres.
En los incidentes de hoy, el fotógrafo brasileño Paulo Whitaker, de la agencia de noticias Reuters, recibió un balazo en el hombro mientras cubría uno de los intensos tiroteos.
Whitaker, quien usaba un chaleco antibalas, fue trasladado a un hospital de Río en compañía de varios colegas de profesión, al que fue ingresado de urgencia para extraerle la bala incrustada, pero según constató Efe su vida no corre peligro.
Vila Cruzeiro, que era considerada la favela más peligrosa de Río debido al número de pistoleros que la usaban como santuario, fue ocupada ayer por la policía en una exitosa operación que contó con el apoyo de seis tanquetas blindadas de la Marina de Guerra.
Al menos 200 pistoleros que estaban en esta favela protagonizaron una fuga masiva y desesperada, registrada por los helicópteros de los canales de televisión, hacia el Complexo do Alemao, un conjunto de barriadas pobres también controlado por el Comando Vermelho (Comando Rojo), la mayor organización criminal de la ciudad.
Tras el éxito del operativo, el gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, decidió pedir más apoyo de las Fuerzas Armadas y fue rápidamente atendido por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Además de los 800 miembros de un Batallón de Paracaidistas del Ejército, el Ministerio de Defensa autorizó el uso en los operativos de diez tanquetas blindadas y de tres helicópteros de la Fuerza Aérea, así como de equipos de comunicaciones y otros materiales.
EFE
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