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miércoles, 10 de julio de 2013

Permarexia, la obsesión por contar calorías y querer quemarlas


No existe casi nadie que -al intentar una dieta- no haya contado cada caloría que tenía el alimento que se llevaba a la boca. 56 la manzana, 100 el plátano, 22 la sandía. 

Ahora, vivirse la vida en ello parece ser una adicción tan importante como la adicción a la comida. 

Aunque no está dentro de los trastornos alimentarios reconocidos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), la permarexia está siendo considerada por los expertos como un pre trastorno alimentario. 

Así lo señala el psicólogo de Clínica Santa María, Raúl Carvajal. “Efectivamente, es una preocupación en las consultas porque hay personas que están manifestando una cierta obsesión por controlar en detalle lo que comen en términos calóricos porque piensan que todo engorda”, explica. 

La permarexia está definida como la preocupación obsesiva de contar las calorías, saber cuántas tienen cada alimento y elucubrar cómo quemarlas, sin que la mayoría de las veces, se llegue a concretarlo. 

No está muy lejana de otro trastorno, la ortorexia, que es la obsesión por comer sólo alimentos sanos. 

“No es que coman sano sino que su preocupación está más bien en el pensamiento, ya que no hay cambio de conductas como ocurre en un trastorno como la bulimia o la anorexia, que comen en exceso y después vomitan o simplemente no comen”, detalla el psicólogo. 

Es decir, el llamado pre trastorno mental se manifiesta cuando comenzamos a llevar la cuenta, controlar datos y seguir cuanta dieta se nos cruza, con las consecuencias de subir y bajar de peso en forma permanente por el efecto rebote. 

“Hay una base bien obsesiva de saber y de controlar aquello que ingiero, pero me da la sensación que es cuestionado como diagnóstico porque no hay un cambio de conductas sino que queda sólo en el pensamiento”, aclara. 

De todos modos, el especialista dice que si se está llegando a ese extremo, hay que ponerle atención, ya que quienes se encuentran en este camino lo pasan mal y pierden el sentido del disfrute por la comida. 

“Por eso se dice que es un paso previo a un trastorno alimentario como tal, ya que no es una visión sana de controlar el peso haciendo dieta y ejercicios, la preocupación es solo mental”, afirma el especialista.


EMOL