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viernes, 30 de noviembre de 2012

La Orquesta Sinfónica Simón Bolívar se ganó el reconocimiento unánime en su primer concierto en EE UU

Nota de prensa) Hasta la noche de este viernes 30, se cumplió la residencia pedagógica especialmente creada para la orquesta cúspide de El Sistema, queincluyó la participación de una destacada batería de ensambles, directores y solistas, en la Universidad de California en Berkeley y en escuelas de esta ciudad. Con su repertorio latinoamericano, como bandera musical, la Sinfónica Simón Bolívar sedujo desde su primera interpretación. Este domingo 2 de diciembre se presentarán en Chicago.
Berkeley y su diversificado campus universitario arropa con la energía estudiantil, fresca, activa, intelectual. Históricamente, esta universidad considerada como la pionera en cuanto a universidades públicas en el mundo, y coronada con más de 10 ganadores del Premio Nobel en diversas especialidades, fue el escenario perfecto para que el Programa Académico desarrollado por la Red de Orquestas y Coros Juveniles e Infatiles de Venezuela, evidenciara su solidez y eficacia como modelo educativo, académico y social a través de la música.
Matías Tarnopolsky, Director del CAL Performances, y seguidor y amigo de Gustavo Dudamel, dijo que esta programación se concibió con “la visión de ampliar y brindar acceso a las artes, siempre desde la excelencia. Nuestra idea es transmitir cómo y con qué criterios se debe impartir la música, y nada mejor para hacerlo que con una de las mejores orquestas del mundo y con uno de los directores más reconocidos del planeta”.En este campus, el CAL Performances -complejo cultural que ha presentado artitas de alta talla musical internacional, como Winton Marsalis, Essa Peka Salonem, Yo-Yo Ma, John Adams, entre otros-, creó especialmente una residencia pedagógica y social para la OSSVB, a fin de generar durante 5 días, el intercambio cultural, académico, familiar y comunitario, gracias al patrocinio y gestión de Jan Shrem y su esposa María Manetti.
La residencia inició el pasado martes 27 de noviembre, con un concierto familiar dedicado a casi dos mil niños de 35 escuelas del estado de California, en el que los jóvenes conductores Eduardo Salazar, Joshua Dos Santos, Jesús Parra y Manuel Jurado, lucieron la magia latina de sus batutas con un repertorio colorido integrado por piezas de Gonzalo Castellanos, Arturo Márquez, Alberto Ginastera, Pedro Elías Gutiérrez, y Oscar Lorenzo Fernández. Más tarde, cinco de los ensambles nacidos de las filas de la orquesta, visitaron diversas escuelas en distintas comunidades de California: Oakland, San Pablo y Berkeley, para transmitir sus conocimientos musicales a niños entre 4 y 15 años.
La jornada del miércoles 28 culminó con el desarrollo del magistral Foro: “Alcanzando las estrellas”, dictado por el maestro José Antonio Abreu y su discípulo Gustavo Dudamel. Ambos disertaron acerca de la importancia de la enseñanza musical con enfoque social. “La música y toda educación artística, salvará al mundo y es la herramienta que tenemos para humanizar a nuestros niños desde la cuna. Los invito a todos ustedes, maestros y profesores, a que hagamos una cruzada mundial para que ningún niño en el mundo se quede sin alimentarse de arte también”, dijo el maestro Abreu.

Latinoamérica en California

El primer concierto en San Francisco -este jueves 29-, generó una gran expectativa y así quedó demostrado con la venta de la totalidad de la boletería del Zellerbach Hall: 1900 puestos. Y nadie en esa sala salió defraudado. Al menos eso se sintió con la rotunda ovación de pie que los asistentes tributaron a la OSSBV y a Dudamel desde la primera ejecución de su repertorio latinoamericano. Sinfonía India, de Carlos Chávez, Tres versiones Sinfónicas, de Julián Orbón y La Noche de los Mayas, de Silvestre Revueltas, superaron notablemente esas expectativas.
El revuelo de la alegría en el público, diverso, intelectual, empezó a sentirse cada vez con más fuerza, nadie perdía un instante de atención en cada pasaje de este repertorio complejo, seductor y sorpresivo; incluso, en los movimientos más dinámicos la danza en las butacas comenzó a generalizarse, para culminar desde la penúltima pieza con efusivos aplausos que eran un claro mensaje: la orquesta agradeció con dos bises: El batuque, de Oscar Lorenzo Fernández, y el Mambo, de Leonard Bernstein.
Anoche la OSSBV se despidió de California con la Cantata Criolla, de Antonio Estevez, que ensambló las voces el Coro de la Universidad y el “Pacific Boychoir”, agrupaciones de Berkeley, junto a los reconocidos solistas Idwer Álvarez y Gaspar Colón, en los llamativos roles de Florentino y el Diablo. Mañana la orquesta parte a Chicago para presentarse en el Chicago Symphony Center, el domingo 2 de diciembre, en la segunda parada de la gira.