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viernes, 7 de noviembre de 2014

DEPORTES

Marc Márquez: "A los 21 años es imposible ser leyenda"

Vaya temporada para enmarcar. Y la empezó con un tobillo roto.

Quizás hubiese podido hacer más, pero yo me olvido de aquel momento. Al final la gran suerte que tuve en Qatar es que sí, me rompí el tobillo, pero como anécdota es que llego aquí a Valencia y la base de la moto es la misma con la que terminé el test de hace un año aquí, no ha cambiado nada de geometría, de basculante, de chasis, es exactamente igual, y eso también me ayudó mucho a que cuando llegué a Qatar la moto ya la tenía, aunque físicamente no estaba bien.

¿No tener que tocar nada de la moto es la clave que explica su éxito 2014, además del año más de experiencia?
Lógicamente he mejorado como piloto y seguramente la experiencia de un año ayudó mucho, pero también ayudó mucho la moto. Si nos fijamos en la temporada, donde se marcó la diferencia de verdad fue en las primeras carreras. Allí ganaba con bastantes segundos de margen, pero a partir de Montmeló, de Assen, todo fue más reñido, con carreras más normales, como tenían que ser, luchadas hasta la última vuelta. Y en la segunda parte se ha visto que las Yamaha han dado un salto y a ver si el lunes en el test damos también nosotros un salto con la moto nueva.

¿De no tener ese colchón de salida hubiésemos visto otro Márquez al final de temporada, sin los errores cometidos?
Hubiese sido el mismo, pero quizás los errores se podían haber evitado, como los de Misano y Australia. Hubiesen sido carreras diferentes, que no hubiese ganado pero hubiese acabado en el podio. Pero la ventaja aliviaba el dolor de no ganar y me hacía estar tranquilo para el título. El de Aragón lo hubiese hecho igual. Sé que la gente piensa que arriesgué más de la cuenta, pero yo en ese momento confiaba que podía terminar la carrera y me equivoqué.

¿Esperaba más de sus rivales?
Sí, esperaba más, pero quizás yo me encontré muy bien en esa primera parte del Mundial. Y al ir ganando carreras yo me fui creciendo y ellos se iban estancando, pero hubo un momento que reaccionaron. Yo nunca me olvidé del nivel que ellos tenían porque los tres te podían ganar en cualquier carrera, como así fue.

Le elogian los rivales, los grandes campeones y la prensa. Dice el dicho que el elogio debilita.
Debilitan cuando te los crees más de la cuenta. Yo me lo tomo como que te hace ver que estás en la buena línea, pero no te lo tienes que creer. Muchos dicen que ya he hecho mucho pero a mí no me gusta vivir del pasado, sino del presente y de lo que vendrá.

El año pasado batió los récords de juventud y este año ha atacado los de la historia de su deporte. ¿Con 21 años se puede ser una leyenda?
A los 21 es imposible ser una leyenda. Sí, has ganado títulos mundiales pero eres un joven que no puede vivir de un pasado. Una leyenda es cuando se retira y ves su palmarés. Si empieza fuerte y cae no tiene sentido, es alguien que marca una época, como lo que está haciendo Valentino.

Usted siempre dice que cuando regresa a Cervera, en casa ya no se habla de motos. ¿Con lo que se juega su hermano Àlex este domingo tampoco se ha hablado de motos esta semana?
Poco, no ha cambiado porque me acuerdo que cuando yo tenía que luchar por el título en Valencia 2010 lo que más me molestaba era tener que pensar todo el día en la carrera. Lo mejor que se podía hacer era ir en bici. Yo siempre intentaba hablar de otras cosas porque sé que le das vueltas y es lo peor. Sí que el miércoles ya se habló, pero ya le dará vueltas durante todo el fin de semana.

¿Qué le ha aconsejado a Àlex?
Tiene que ir día a día. Primero llegan los libres, los cronometrados y a partir de ahí ya valoras el domingo. Hay algo que explicarle, sí, pero en Moto3 no se puede planificar casi nada ya que pueden estar dos o diez delante. Aunque no le queda otra que arriesgar. Parte con puntos de ventaja y uno de sus puntos fuertes es que es muy, muy tranquilo. Yo soy tranquilo pero nervioso, sin embargo él en ningún momento se altera. Dormirá bien porque hay que ir a despertarle cada mañana y eso ayuda a llegar descansado el domingo. Los nervios y la tensión es lo que más cansa en un fin de semana.

Àlex fue uno de los ideológos de la celebración a lo samurai de su título MotoGP en Motegi. ¿Va a haber reciprocidad?
No porque en eso soy supersticioso. Él también lo es, pero tuvimos la ventaja que se pudo preparar porque no era la última oportunidad, así que no pasaba nada. Cuando ganas en la última carrera lo mejor es improvisar y dejarte llevar por la euforia.

¿Qué le han parecido las declaraciones de Jack Miller contra los Márquez, que si os creeis los jefes?
Sinceramente no sé dónde quiere llegar. Él intenta jugar sus cartas y Àlex lo lleva bien porque sabe que no tiene que entrar en el juego porque va líder. Yo le digo que tiene que ir a la suya, pero no hay que olvidar que está compitiendo contra un piloto que será MotoGP. Para según qué gente tiene mucho talento para ir a MotoGP, pero mi hermano le está ganando.

¿Cómo ayuda Àlex a Marc?
Nos ayudamos mutuamente. La gran suerte de tener un hermano piloto es que estás conviviendo las 24 horas, entrenando con él, llevas la misma dinámica y te ayuda a mejorar el día a día. Sí que soy el mayor y he ido por delante pero ahora sí que está madurando, le está cambiando el cuerpo a hombre, se va acercando en nuestros duelos bici y coche. Yo no quiero, pero sé que llegará un día en que estaremos igualados. Incluso los roles han ido cambiando. Hasta hace un año y medio yo era el hermano protector y él, el que chinchaba. Lo bueno es que al madurar vamos en la misma dirección, y si no tienes ganas de entrenar el otro te arrastra.

¿Para cuándo se independiza?
Más pronto que tarde pero es un follón. Eso sí, me iré con Àlex, juntos pero no revueltos. Si nos ha ido bien hasta ahora hay que seguir igual. Cocinitas soy lo justo, con la lavadora sí me apaño, pero Àlex no.
MD