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viernes, 19 de agosto de 2011

Inicia huelga de hambre activista indio anti-corrupción Hazare

El activista indio Anna Hazare inició el viernes nada más salir de la cárcel su huelga de hambre de dos semanas, que podría reforzar la oleada de protesta en contra de la corrupción en el país, a la que el Gobierno no ha sabido responder.

"Debemos aportar un cambio total al país", lanzó este admirador de Gandhi de 74 años a la multitud que le aclamaba en la explanada del centro de Nueva Delhi, donde las autoridades le han autorizado a llegar a cabo su huelga de hambre durante dos semanas.

El líder radical había salido momentos antes de la cárcel de Tihar, en Nueva Delhi, donde permanecía recluido tras haber sido arrestado el martes.

Sonriente y saludando a los congregados, nada más salir prometió a las miles de personas congregadas para recibirle seguir con su huelga del hambre "hasta que la India esté liberada de la corrupción".

Luego subió a bordo de un camión abierto que le llevó hasta una explanada en el centro de Delhi donde inició su ayuno para presionar al gobierno al que pide leyes anti-corrupción más fuertes.

Hazare, de origen humilde, sirvió durante 15 años en el ejército, antes de retirarse y dedicarse al activismo y crear la asociación el Movimiento del Pueblo en Contra de la Corrupción.

Se ha transformado en una figura nacional cuya popularidad ha desestabilizado al gobierno, elegido en 2009 con una contundente mayoría parlamentaria.

Su campaña se ha nutrido de las profundas reservas de descontento, en particular de la creciente clase media, en contra de una cultura que generaliza los sobornos para asegurarse cualquier cosa, desde los permisos empresariales hasta los certificados de nacimiento.

Cientos de miles de personas tomaron las calles de las ciudades a través del país en los últimas días en la demostración de descontento popular más significativo de los últimos treinta años.

La respuesta del gobierno, en particular la detención inicial de Hazare y de miles de sus partidarios, ha sido ampliamente criticada como una reacción torpe de una administración que ha perdido el contacto con su electorado.

El primer ministro indio, Manmohan Singh, que parece cada vez más vulnerable, denuncia la campaña de Hazare como un tentativa "totalmente equivocada" de socavar la democracia parlamentaria, pero sus palabras han tenido poco eco.

Aunque liberado oficialmente el martes por la noche, Hazare se negó a abandonar su celda hasta que las autoridades no levantaran las restricciones en lo que originalmente llamó un indefinido "ayuno hasta la muerte".
En una concesión embarazosa para la colación liderada por el Partido del Congreso de Singh, obtuvo finalmente el permiso de llevar a cabo una huelga del hambre de 15 días en una amplia explanada normalmente reservada a las festividades religiosas.

Pero en un nuevo desafío a las autoridades, Hazare dijo que estaba dispuesto a ir más allá de estas restricciones también.

"Mi salud es buena", dijo en un vídeo emitido desde su celda el jueves por la noche.

"Siento que puedo ir más allá de los 15 días autorizados por el gobierno. Pediré permiso para prolongar el ayuno otra semana. No dejaré de luchar", dijo.

Con su característica capa blanca y sus grandes gafas, y su defensa de la huelga del hambre como forma de protesta no violenta, el activista veterano es visto por muchos de sus seguidores como un nuevo Mahatma Gandhi.

El momento es especialmente malo para Singh, de 78 años, salpicado ya por una sucesión de escándalos de corrupción multimillonarios en los que se han visto implicado políticos de alto rango.

Su ex ministro de Telecomunicaciones está siendo juzgado por una estafa con una licencia de telefonía móvil que podría haberle costado al país hasta 39.000 millones de dólares en ingresos no percibidos.

AFP