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lunes, 17 de octubre de 2011

Adrià pide transparencia a las redes sociales y a los blogs dedicados a la gastronomía

(EFE).- Las redes sociales y los blogs están acercando al gran público el trabajo de los cocineros y de la gastronomía, un proceso que para el chef Ferràn Adrià es imparable, aunque advierte que es necesaria una "transparencia total" sobre el alcance y las audiencias de estos nuevos medios.

Adrià, uno de los participantes del Primer Congreso sobre gastronomía y tecnología -cita pionera organizada por Telefónica y El Bulli Foundation que se celebra hoy y mañana en Barcelona- ha resaltado la importancia de tener datos sobre el número de visitas que tienen los "blogs" o saber la influencia de los llamados "trendings topics" del Twitter ("lo que se cuece" y nunca mejor dicho).

"Si no se tienen datos de audiencias de visitas no me valen; para que un negocio sea sostenible la audiencia es vital", ha dicho el prestigioso cocinero que ve esencial comprobar la repercusión de los "tuits" o los "blogs" en los medios tradicionales "porque los restaurantes no los llenan los críticos".

Adriá -que ha participado en una charla con diferentes chefs sobre la influencia de los "blogs" y redes sociales- ha remarcado que las jornadas que se celebran en Barcelona tratan de poner la semilla para convertir a Barcelona en una referencia mundial a la hora de relacionar gastronomía y alimentación y nuevas tecnologías.

"España está en la vanguardia mundial y éste es un evento que no tiene parangón", ha dicho este genio de la cocina que cree que la capital catalana, con sus 8,5 millones de turistas anuales, ha de aprovechar los medios que le ofrece Internet para atraer clientes, "aunque lo primordial sea el contenido", ya sea un "gastrobar o un bar de tapas cachondo".

El cocinero considera que el papel de los clientes irá a más y ha puesto como ejemplo la compra por Google de Zagat, la guía estadounidense de recomendaciones de restaurantes y otros servicios.

"Estamos expectantes, si Google adopta la postura de que sea el público el que escoja los sitios, no que los clasifique, y diga cuáles son los mejores sitios de cocina japonesa de Barcelona, va a ser una revolución, que obligará a redefinir el papel de la crítica y de los "blogs"".

Adrià ha remarcado que los cocineros no aceptan nada bien las críticas, un problema cuándo éstas se multiplican por Internet.

"Yo voy entendiendo que es imposible gustar a todo el mundo, gente que ni te conoce y piensa cosas de ti: eso es la vida, hay que aceptar que nos va a pasar esto y asimilarlo", ha dicho resignado el prestigioso chef.
En este sentido, el cocinero riojano Francis Paniego (Echaurren), autor del "blog" "A veces cuando pienso demasiado", cree que se debe saber "gestionar las malas críticas" los restaurantes y sus chefs pero advierte que en este mundo digital "hay mucho terrorista" y ha abogado por la máxima transparencia como defensa. "Aunque si la cagas, la cagas", remarca.

El chef gallego Pepe Solla (Casa Solla) considera que la prensa tradicional sigue funcionando en el sector, pero que las redes sociales han hecho que el público "pierda el miedo al cocinero". No obstante, cree que se genera un exceso de información que cuesta filtrar y además -añade- "se está perdiendo la magia de no saber nada del restaurante cuando se pisa por primera vez".

Marcos Morán (de Casa Gerardo, Asturias) -a quien no le importa reconocer que lee "blogs" gastronómicos, "aunque cada vez menos"- entró en las redes sociales como "hobby" pero rápidamente se percató de su alcance cuando hizo una foto a un rape, mientras desayunaba con su pescadero, que durante unas horas se convirtió en "trending topic" al colgarla en Twitter.

También a Ángel Léon (Restaurante Aponiente) que dice ser una persona "antigüita" que aún escribe notas a mano, no le ha quedado más remedio que asumir el papel de las redes, cuando un día después de colgar, junto a unos amigos, una receta de churros de camarones, se le presentaron varios clientes de Sevilla, en su local de Cádiz, para degustarlos a pesar de que no los tenía en la carta.