Las tensiones diplomáticas entre China y Japón se han elevado hoy tras la creación de una zona de defensa aérea china en el Mar de China Oriental, cuya área incluye las islas Diaoyu/Senkaku disputadas por ambos países, que hoy han llamado a consultas a sus respectivos embajadores.
El viceministro de Exteriores chino Zheng Zeguang convocó hoy al embajador nipón en Pekín, Kitera Masato, para comunicarle su "profundo descontento" y su "firme oposición" a la "injustificada" reacción nipona a la zona aérea de China, después de que diversos políticos del país vecino mostraran su preocupación.
Entre ellos se encontraba el primer ministro japonés, Shinzo Abe, quien advirtió hoy que la decisión de China puede incrementar las tensiones en la región.
"Me preocupa profundamente que pueda cambiar de manera unilateral el "status quo" en el mar de China Oriental, empeorar la actual situación y causar incidentes en esas aguas", apuntó Abe en el Parlamento, en coincidencia con las palabras del secretario de Estado de EEUU, John Kerry, quien advirtió de que la decisión de Pekín puede provocar algún incidente.
En este contexto, el ministro nipón de Exteriores, Fumio Kishida, también se pronunció al respecto hoy y pidió "moderación" al gigante asiático, al mismo tiempo que la cancillería nipona explicó a través de comunicado que para Japón el área de defensa creada por China "no tiene validez" al englobar parte de lo que considera su territorio.
Frente a estas declaraciones, Zheng defendió que el Gobierno chino sólo busca defender la soberanía nacional y garantizar la seguridad de su territorio, así como salvaguardar el orden aéreo en el mar de China Oriental.
"La zona cumple con la legislación y las prácticas internacionales", señaló Zheng en la reunión mantenida con el diplomático nipón, según recoge la agencia oficial Xinhua.
También recordó que una veintena de países -incluido Japón- han creado zonas de defensa aérea desde los años 50.
"Japón no tiene derecho a hacer declaraciones irresponsables y acusaciones maliciosas contra China", defendió Zheng, quien instó a Japón a corregir inmediatamente sus errores, no cometer ninguna acción que cree fricciones o atente contra la estabilidad regional, y evite así dañar más las relaciones bilaterales.
Por su parte, el Ministerio de Exteriores nipón también convocó hoy al embajador de China en Tokio, Cheng Yonghua, para transmitirle una protesta formal por la decisión de Pekín, según informó a Efe la cancillería.
El vicecanciller japonés, Akitaka Saiki, recibió al embajador chino en la sede del Ministerio de Exteriores en Tokio y le pidió que China dé marcha atrás y no incluya el área que engloba las islas en su zona de defensa aérea.
Cheng le replicó que Japón debería "retirar una demanda tan irracional como ésa", ya que el plan de Pekín no está dirigido contra ningún país en concreto y no afectará a la aviación comercial, explicó el propio embajador chino tras el encuentro, en declaraciones recogidas por la agencia Kyodo.
No obstante, el diplomático chino indicó que ambas partes "deben preocuparse por tomar medidas" para prevenir cualquier suceso imprevisto, ya que las zonas de defensa aérea de China y Japón han quedado superpuestas como resultado del plan de Pekín.
Ante ello, el portavoz chino de Exteriores, Qin Gang, manifestó hoy su esperanza en que se mantengan la seguridad y la paz regional a través del diálogo.
En rueda de prensa, y preguntado por la posibilidad de que China tome alguna medida "militar" ante la entrada de aviones japoneses a la recién creada zona, el portavoz se limitó a señalar que el Ministerio de Defensa chino ya había dejado claro que los "aviones civiles" tendrán libertad para sobrevolar la zona.
La tensión en el archipiélago Diaoyu -llamado Senkaku por los japoneses- se disparó en septiembre de 2012, cuando el Gobierno nipón compró tres de los cinco islotes a un propietario japonés, en una acción que desencadenó violentas manifestaciones en China y empeoró las ya de por sí complejas relaciones de ambos países.
Situado en el Mar de China Oriental, a unos 175 kilómetros al noreste de Taiwán y 150 al noroeste del archipiélago nipón de Okinawa, este deshabitado archipiélago tiene una superficie de unos siete kilómetros cuadrados y se cree que podría contar con importantes recursos marinos y energéticos.
El viceministro de Exteriores chino Zheng Zeguang convocó hoy al embajador nipón en Pekín, Kitera Masato, para comunicarle su "profundo descontento" y su "firme oposición" a la "injustificada" reacción nipona a la zona aérea de China, después de que diversos políticos del país vecino mostraran su preocupación.
Entre ellos se encontraba el primer ministro japonés, Shinzo Abe, quien advirtió hoy que la decisión de China puede incrementar las tensiones en la región.
"Me preocupa profundamente que pueda cambiar de manera unilateral el "status quo" en el mar de China Oriental, empeorar la actual situación y causar incidentes en esas aguas", apuntó Abe en el Parlamento, en coincidencia con las palabras del secretario de Estado de EEUU, John Kerry, quien advirtió de que la decisión de Pekín puede provocar algún incidente.
En este contexto, el ministro nipón de Exteriores, Fumio Kishida, también se pronunció al respecto hoy y pidió "moderación" al gigante asiático, al mismo tiempo que la cancillería nipona explicó a través de comunicado que para Japón el área de defensa creada por China "no tiene validez" al englobar parte de lo que considera su territorio.
Frente a estas declaraciones, Zheng defendió que el Gobierno chino sólo busca defender la soberanía nacional y garantizar la seguridad de su territorio, así como salvaguardar el orden aéreo en el mar de China Oriental.
"La zona cumple con la legislación y las prácticas internacionales", señaló Zheng en la reunión mantenida con el diplomático nipón, según recoge la agencia oficial Xinhua.
También recordó que una veintena de países -incluido Japón- han creado zonas de defensa aérea desde los años 50.
"Japón no tiene derecho a hacer declaraciones irresponsables y acusaciones maliciosas contra China", defendió Zheng, quien instó a Japón a corregir inmediatamente sus errores, no cometer ninguna acción que cree fricciones o atente contra la estabilidad regional, y evite así dañar más las relaciones bilaterales.
Por su parte, el Ministerio de Exteriores nipón también convocó hoy al embajador de China en Tokio, Cheng Yonghua, para transmitirle una protesta formal por la decisión de Pekín, según informó a Efe la cancillería.
El vicecanciller japonés, Akitaka Saiki, recibió al embajador chino en la sede del Ministerio de Exteriores en Tokio y le pidió que China dé marcha atrás y no incluya el área que engloba las islas en su zona de defensa aérea.
Cheng le replicó que Japón debería "retirar una demanda tan irracional como ésa", ya que el plan de Pekín no está dirigido contra ningún país en concreto y no afectará a la aviación comercial, explicó el propio embajador chino tras el encuentro, en declaraciones recogidas por la agencia Kyodo.
No obstante, el diplomático chino indicó que ambas partes "deben preocuparse por tomar medidas" para prevenir cualquier suceso imprevisto, ya que las zonas de defensa aérea de China y Japón han quedado superpuestas como resultado del plan de Pekín.
Ante ello, el portavoz chino de Exteriores, Qin Gang, manifestó hoy su esperanza en que se mantengan la seguridad y la paz regional a través del diálogo.
En rueda de prensa, y preguntado por la posibilidad de que China tome alguna medida "militar" ante la entrada de aviones japoneses a la recién creada zona, el portavoz se limitó a señalar que el Ministerio de Defensa chino ya había dejado claro que los "aviones civiles" tendrán libertad para sobrevolar la zona.
La tensión en el archipiélago Diaoyu -llamado Senkaku por los japoneses- se disparó en septiembre de 2012, cuando el Gobierno nipón compró tres de los cinco islotes a un propietario japonés, en una acción que desencadenó violentas manifestaciones en China y empeoró las ya de por sí complejas relaciones de ambos países.
Situado en el Mar de China Oriental, a unos 175 kilómetros al noreste de Taiwán y 150 al noroeste del archipiélago nipón de Okinawa, este deshabitado archipiélago tiene una superficie de unos siete kilómetros cuadrados y se cree que podría contar con importantes recursos marinos y energéticos.
EFE