El Diputado al Parlatino, Ángel Rodríguez, afirmó que el Centro Internacional
de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), debe apegarse
a los principios de derecho internacional y dar por saldada la acreencia de
Venezuela con Exxon Mobil, dado la Cámara de Comercio Internacional ya
estableció la compensación que consideró justa por la nacionalización de sus
operaciones y propiedades.
“Que el conglomerado norteamericano siga insistiendo en un pago
adicional es una grosería. El monto de $ 907,58 millones de dólares es
una indemnización generosa, pues hay que tomar en cuenta que la transnacional
estadounidense hizo una inyección mínima de capital en la asociación estratégica
de Cerro Negro de la Faja del Orinoco”.
Rodríguez destacó que Exxon Mobil reproducía el diluyente para sacar
el petróleo. Por eso el crudo mejorado venezolano más pobre era el de
esta compañía, con 16 grados API. En consecuencia, el valor en libro de estas
inversiones era de $ 750 millones. El resto de las transnacionales que operaban
en la zona hicieron un esfuerzo financiero y tecnológico mayor, para obtener un
combustible más refinado y de mayor calidad.
Como ejemplo citó a la noruega Satoil y la francesa Total, accionistas de
Sincor, que cuando migró a la empresa mixta denominada Petrocedeño, recibieron 1
mil 100 millones de dólares, porque desarrollaron una infraestructura
que permite producir un crudo sintético superior de bajo contenido de
azufre, de 30 grados API.
El parlamentario Rodríguez criticó las tácticas perversas de Exxon Mobil para
conseguir más dinero en esta querella. La empresa estadounidense alega que se
incumplió el tratado bilateral de inversiones entre Venezuela y Holanda, como si
tuvieran su origen en esta nación europea. Todo el mundo sabe que esta
corporación no tiene nacionalidad holandesa, así se insista en lo contrario.
Enfatizó que el uso de esta estratagema jurídica refleja otro de los
grandes vicios del capitalismo moderno. Se ha permitido a los grandes
dueños del capital en el planeta, hacer interpretaciones torcidas de las normas
vigentes, para burlar los derechos de los pueblos.
“Ante esta tendencia, las autoridades de la Unión Europea hicieron fuertes
críticas en el segundo semestre de 2011, a algunas de las distorsiones que se
han presentado en los últimos años por la libertad de movimiento de capitales y
empresas. Las prácticas dudosas de Exxon Mobil son
emblemáticas, pues convirtió su filial española en una suerte de
paraíso fiscal, para evadir impuestos de manera pseudo legal en otras naciones
del mundo”, concluyó Angel Rodríguez.