A través de un comunicado de prensa y ante las continuas acusaciones de actuaciones ilegítimas esgrimidas por el mandatario, la Fiscalía de Milán afirmó que prosigue, en absoluto respeto a la Constitución, con el caso Ruby R, la joven marroquí que acudió a fiestas de Berlusconi cuando era menor de edad.
"La Fiscalía de Milán prosigue con su trabajo diario, con plena serenidad y en firme referencia a los principios constitucionales de la igualdad de todos ante la ley, de la obligatoriedad de la acción penal y de la presunción de no culpabilidad", indica el escueto comunicado.
Mientras, la Junta de Autorizaciones de la Cámara de los Diputados recibió hoy la solicitud formal por parte de los fiscales de Milán para proceder a los registros de la oficina del contable de Berlusconi, Giuseppe Spinelli, adonde se personaron agentes ya el pasado viernes, pero que no pudieron llevar a cabo su trabajo al carecer del permiso necesario.
En esta solicitud, que cuenta con un dossier anexo secreto de 300 páginas y que ha sido colgada en la página web de la Cámara Baja, la Fiscalía de Milán explica sus sospechas de que "un relevante número de jóvenes mujeres se han prostituido con Silvio Berlusconi en sus residencias, a cambio del pago del respectivo dinero por parte de este último".
La Junta para las Autorizaciones de la Cámara se reunirá el próximo miércoles para examinar esa solicitud y ver si concede el permiso para proceder con los registros en la oficina de Spinelli, lugar que cuenta con inmunidad parlamentaria en cuanto a que está considerado como oficina de secretaría política del diputado Berlusconi.
La Fiscalía, según explica en su solicitud, cree que en la oficina de Spinelli "pueden encontrarse documentos, incluso llevados a soporte informático, referentes a las viviendas dadas en 'comodato' a algunas prostitutas, así como referentes a las relaciones económicas con estas últimas mantenidas por Spinelli y sus colaboradores".
En todo este asunto es clave la existencia de un bloque del complejo residencial "Milano Due", construido por el grupo empresarial de Berlusconi en la década de los años 70 a las afueras de Milán y en el que, según dijo en un interrogatorio el pasado agosto Ruby, se alojan de modo gratuito algunas de las chicas que acudían a las fiestas del político.
La hipótesis de delito de concusión esgrimida por la Fiscalía de Milán, que asegura haber encontrado "amplios indicios" en esas casas cedidas por el mandatario a las chicas, se centra en la intervención telefónica de Berlusconi el 27 de mayo de 2010 para que sacaran de comisaría por un pequeño robo a Ruby R., que tenía entonces 17 años.
En cuanto a la incitación a la prostitución de menores, se centra en la presencia misma de la joven en ocho ocasiones en la mansión de Berlusconi de Arcore (próxima a Milán), donde la chica asegura que siempre dijo tener 24 años, y en las que la Fiscalía cree que hubo encuentros sexuales.
En un vídeo divulgado por varios medios ayer, Berlusconi aseguró que mantenía una relación estable desde que en 2009 se separó de Verónica Lario, confesión que utilizó para desmontar todas las teorías sobre la celebración de fiestas con prostitutas en Arcore en presencia de su pareja
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