La niña italiana de 5 años Daiana y su padre, William Arlotti, siguen
desaparecidos tras el naufragio del "Costa Concordia" el pasado viernes
frente a las costas de la isla de Giglio y ningún centro hospitalario de la
zona, ni testigos dan cuenta de ellos.
Arlotti viajaba en el crucero con
la niña y con su novia, Michela Maroncelli, quien logró
salvarse gracias al chaleco salvavidas que consiguió y a alcanzar una lancha de
salvamento.
Los tres estaban juntos en la zona del barco donde la gente
estaba a salvo, pero después les hicieron moverse e ir hacia la parte sobre la
que el crucero se estaba escorando, refirió la superviviente.
Cuando se
dieron cuenta de la inclinación del barco, volvieron sobre sus pasos y en el
paso de un punto de un puente a otro, la niña se resbaló y cayó al mar y
supuestamente el padre fue detrás de ella para salvarla,
explicó.
"Alguien le dijo (a Michela) que los había visto agarrados a una
cuerda y que los habían subido a la nave, pero de ellos no hay rastro", cuenta
la prima de William, Sabrina Ottaviani, dueña de una agencia de viajes, que les
procuró los billetes.
Cuando Michela, que se encontraba unos pasos más
adelante, alcanzó el segundo puente y consiguió meterse en una de las lanchas de
salvamento, había perdido completamente de vista a William y a Daiana, según su
testimonio.
"Si alguien los vio sujetos a la cuerda, que lo haga saber",
pide la prima del padre, que cuenta que los dos estaban con un único
salvavidas.
La familia de William se muestra especialmente preocupada
porque es diabético y debe medicarse varias veces al día, y todos le buscan
desesperadamente, como a la pequeña Daiana, a la que su abuela materna creyó ver
en unas imágenes de televisión de grupos de supervivientes.