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sábado, 7 de julio de 2012

DPA: Temor ante nuevas tormentas por persistente ola de calor en EE UU


dpa) – Charlestyne Kemere se abanica. Acaba de llegar a la Biblioteca Martin Luther King Jr. en el centro de Washington. Este lugar es uno de los “centros refrigerados” que la ciudad estableció durante la ola de calor que afecta desde hace más de una semana el este de Estados Unidos.
Cuando abre la puerta, una corriente de aire caliente entra en la biblioteca, cuyo ambiente está climatizado. Afuera, el termómetro marca 37 grados Celsius. La tendencia para los próximos días indica temperaturas en aumento.
Durante el agobiante calor del mediodía, esta ama de casa busca junto con su hija Destiny refugio en la biblioteca, para recuperarse.
“Estaba caminando por la ciudad con mi hija, pero al mediodía estaba demasiado caluroso”, indicó Kemere, quien manifestó que iban a quedarse allí alrededor de una hora y media.
Una escena similar a la que se observa en la Biblioteca Martin Luther King Jr. se ve en los edificios públicos desde Illiois hasta Virginia, donde las personas se refugian para escapar de las temperaturas excepcionalmente altas.
La metrópolis de Chicago, conocida como “Windy City”, registró el jueves un récord histórico: 39,5 grados Celsius, pero por la alta humedad, la sensación térmica fue de 43,3 grados, indicaron los meteorólogos. La última vez que la ciudad vivió temperaturas tan extremas en julio fue en 1947.
Para los próximos días, el Servicio Meteorológico Nacional también pronosticó temperaturas récord, ante todo en los estados orientales.
En la región alrededor de la capital, Washington, las temperaturas podrían superar el fin de semana el récord de 41 grados registrado en julio de 1930, según la página web de información meteorológica.
Desde hace días se emite un alerta por calor después de otro. Y entre las recomendaciones que se dan es tomar mucha agua y evitar la exposición al sol, ante todo las personas mayores y enfermas.
Pero no sólo el calor preocupa, sino que también existe el temor de que haya nuevas tormentas intensas.
Muchos apenas se están recuperando del fenómeno conocido como “super derecho”, una tormenta muy intensa que sin advertencia previa pasó el 29 de junio con vientos de 150 kilómetros por hora desde la región norcentral de Estados Unidos hasta la costa atlántica, dejando una estela de devastación.
Al menos 23 personas murieron por la tormenta y consecuencias posteriores de este fenómeno, indicaron los medios de prensa locales. Más de cuatro millones de habitantes estuvieron temporalmente sin suministro de energía eléctrica, la mayoría de los cuales tuvieron que arreglarse durante días sin refrigerador ni equipo de aire acondicionado, y algunos edificios de varios pisos hasta sin agua.
Semáforos que no funcionaban, árboles caídos en las calles, estantes vacíos, alimentos en mal estado en los supermercados: muchos ciudadanos pasaron una semana caótica.
Y muchas personas aún siguen sin suministro de electricidad, pese a que las empresas proveedoras trabajan a contrarreloj para reparar las líneas eléctricas. En el caso de unas 600.000 viviendas desde Ohio hasta Virginia, esta falta de electricidad podría continuar hasta el domingo por la noche, el noveno día después del “super derecho”.
La experiencia no sólo genera miedo ante la posible llegada de una nueva tormenta, que en las actuales condiciones de calor podría formarse rápido, según meteorólogos.
También es causa de una creciente frustración: en Silver Spring, en el estado de Maryland, los habitantes descargaron su ira con carteles cínicos, informó el diario “The Washington Post”.
“Wanted” (buscado), decían las pancartas en las calles, luego de que después de cinco días no vieran a ningún empleado de la empresa de electricidad realizando reparaciones.
Charlestyne Kemere y su hija están un poco mejor. “Aquí en la biblioteca podemos refrescarnos algo”, dice la mujer. Y en vista de la persistente ola de calor, es muy probable que no sea la última vez que hagan aquí una pausa al mediodía.