El nadador marroquí Hasan Baraka superó en ocho horas y media una travesía entre Egipto y Arabia Saudí de 28,11 kilómetros por el Mar Rojo, completando así su objetivo de unir los cinco continentes a nado.
La portavoz del nadador, Monia ben Driss, explicó a Efe que el joven, de 27 años, se encuentra "muy cansado pero feliz por haber completado el proyecto" que inició hace un año y medio, cuando nadó los 16,6 kilómetros que separan Europa de África a través del estrecho de Gibraltar.
Su última etapa consistió en cruzar el golfo de Aqaba, en el mar Rojo, partiendo desde la localidad egipcia de Dahab hasta el punto más cercano de la costa saudí.
En Egipto, el equipo de Baraka tuvo que hacer frente a una serie de complicaciones para obtener las respectivas autorizaciones para nadar, dada la situación de la península del Sinaí, donde en los últimos meses han aumentado los atentados contra las fuerzas egipcias.
A pesar del fuerte oleaje que se avecinaba en la zona, Baraka superó esta travesía, lo que significa para él un reconocimiento "al gran esfuerzo de estos meses", a pesar de sentir "una cierta tristeza" porque termina el proyecto, apuntó Ben Driss.
En total, Baraka nadó más de 65 kilómetros con el objetivo de unir los cinco continentes del planeta de una forma peculiar para acercar su cultura al resto del mundo.
El joven nadó también por el estrecho del Bósforo, en Turquía, para unir Europa y Asia; entre las islas de Little Diomede en Alaska (América) y la de Big Diomede en Rusia (Asia); y entre Nueva Guinea e Indonesia, en su intento "simbólico" de juntar Oceanía y Asia.
La portavoz del nadador, Monia ben Driss, explicó a Efe que el joven, de 27 años, se encuentra "muy cansado pero feliz por haber completado el proyecto" que inició hace un año y medio, cuando nadó los 16,6 kilómetros que separan Europa de África a través del estrecho de Gibraltar.
Su última etapa consistió en cruzar el golfo de Aqaba, en el mar Rojo, partiendo desde la localidad egipcia de Dahab hasta el punto más cercano de la costa saudí.
En Egipto, el equipo de Baraka tuvo que hacer frente a una serie de complicaciones para obtener las respectivas autorizaciones para nadar, dada la situación de la península del Sinaí, donde en los últimos meses han aumentado los atentados contra las fuerzas egipcias.
A pesar del fuerte oleaje que se avecinaba en la zona, Baraka superó esta travesía, lo que significa para él un reconocimiento "al gran esfuerzo de estos meses", a pesar de sentir "una cierta tristeza" porque termina el proyecto, apuntó Ben Driss.
En total, Baraka nadó más de 65 kilómetros con el objetivo de unir los cinco continentes del planeta de una forma peculiar para acercar su cultura al resto del mundo.
El joven nadó también por el estrecho del Bósforo, en Turquía, para unir Europa y Asia; entre las islas de Little Diomede en Alaska (América) y la de Big Diomede en Rusia (Asia); y entre Nueva Guinea e Indonesia, en su intento "simbólico" de juntar Oceanía y Asia.
EFE