EFE) - Curado de vanidades, así se muestra el venezolano Rafael Cadenas, a pesar de que estos días no para de recibir elogios y hoy lee sus poemas en la Casa de América de Madrid. Mucha poesía pero “siempre para minorías”, dice este buscador del misterio en lo cotidiano.
“Hay mucha indiferencia en relación con la cultura en general y especialmente con la poesía, algo que no es nuevo, la poesía siempre está en tiempos aciagos”, explicó el poeta a Efe, mientras recuerda el ensayo de Josu Landa y a Ovideo en “El arte de amar”, donde dice que la poesía está dedicada a una minoría, como vio también Juan Ramón Jiménez.
Estos días se aloja en la Residencia de Estudiantes, el templo de la poesía, donde estuvieron Juan Ramón Jiménez, Lorca, Dalí o Bueñuel, o él mismo en anteriores ocasiones pero dijo: “A mi me gustaba mucho Antonio Machado, la prosa de Machado es muy importante en la literatura del idioma“, precisa este poeta, ensayista y profesor universitario durante muchos años.Premio Nacional de Narrativa en su país, en 1985, Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances o premio San Juan de la Cruz, entre otros muchos galardones, Rafael Cadenas, a sus 84 años, es uno de los poetas más importantes de Hispanoamérica, con una legión de incondicionales y devotos que le convierten en un clásico de culto.
Cadenas formó parte del grupo “Tabla Redonda” en los sesenta. Sufrió la cárcel y el exilio durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez y se refugió en la isla de Trinidad hasta 1957. Su poema “Derrota” fue todo un símbolo en su país.
En la poesía de Cadenas, autor de títulos como “Amante”, “Una isla”, “Realidad y Literatura” o “El taller de al lado”, se aúna el pensamiento y la poesía, y los nombres de Rilke o Hölderlin.
“Me gusta más hablar de poesía y pensamiento, más que de filosofía, y la idea de Unamuno: siente el pensamiento, piensa el sentimiento, se adecúa bastante y esa idea generalmente van juntas”, subrayó este ensayista y traductor.
El hombre que encuentra la belleza de forma silenciosa con sus intensos poemas
Y a pesar de su larga vida dedicada a la poesía, una faceta íntimamente unida a su vida, Cadenas no pierde la capacidad de asombro ante el misterio de la vida ni su escucha poética.
“Desde mi comienzo, o en el principio, mi poesía tenía más palabras poéticas; luego pasó a un acercamiento más a la prosa y hoy en mi poesía hay más palabras de la vida cotidiana. Ha habido un progresión hacía más sencillez en la expresión”, sostuvo este hombre que escribió “No quiero estilo/sino honradez”.
En breve, el poeta entregará a la editorial Pre-textos su libro “En torno a Basho”, con poemas parecidos a los haikus japoneses, donde el autor sigue despojando a la palabra de florituras y donde hay más silencio. “El silencio exige más del lector“, añadió.Rafael Cadenas encuentra la belleza en cualquier parte pero de forma silenciosa como sus intensos poemas y su voz, pausada, reflexiva y meditada.
Al tiempo prepara, según avanza, un libro que se llamará “Variaciones Rilke”, con poemas de la vida y la obra de su admirado poeta checo.
“Y en Venezuela -añadió- se publicarán “Conversaciones“, que son respuestas a textos literarios, poéticos y políticos”, y un texto con toda su prosa y otro con sus entrevistas. “Las entrevistas me gustan mucho porque en ellas se dan muchas claves de las obras de los escritores”, recalcó.
Aunque a este escritor humilde y tímido, las entrevistas no le gustan mucho, porque dice que hay dos partes que son opuestas: “la velocidad que exige el periódico y la lentitud del escritor”, añadió Cadena, que siente la actual situación de Venezuela.
“Llevo dos meses fuera pero la situación sigue siendo grave. Venezuela es un país absolutamente dividido. Hay un desprecio al diálogo y existen muchos problemas económicos”, concluyó.