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domingo, 27 de noviembre de 2011

Shakespeare es referente para el diagnóstico de trastornos psicosomáticos

El dramaturgo inglés William Shakespeare (1564-1616) debería considerarse un referente para los médicos por su aguda descripción de trastornos psicosomáticos, presentes en la mayoría de sus obras desde "Hamlet" hasta "Romeo y Julieta".

Esta es la tesis del médico Kenneth Heaton, experto también en la vida del escritor, quien hizo un exhaustivo estudio de su obra para demostrar el profundo conocimiento que tenía Shakespeare de la relación entre el cuerpo y la mente.

El estudio, publicado este miércoles por la revista "British Medical Journal" (BMJ), identifica trastornos psicosomáticos -síntomas físicos que reflejan estados mentales o psicológicos- en multitud de obras del artista.

Tras analizar 42 de los principales textos de Shakespeare y 46 de sus contemporáneos, Heaton concluye que el escritor superaba con creces a sus colegas del siglo XVI en la descripción de tales trastornos. Heaton se centró en síntomas sensoriales diferentes de los asociados con la vista, el gusto o el corazón.

El experto constató que la descripción de síntomas como mareos y desmayos, hiper o hiposenbilidad al tacto y al dolor en personajes que expresan emociones profundas es mucho más común en trabajos del escritor de Stratford-upon-Avon que en los de sus contemporáneos.

Según se explica en BMJ, los síntomas de vértigo y mareos son aparentes en los personajes masculinos de "La fierecilla domada", "Romeo y Julieta", "Enrique IV" parte 1, "Troilo y Crésida" y "Cimbelino".

Lo más cercano en sus contemporáneos, apunta Heaton, es un episodio similar en "The Malcontent", de John Marston.

De acuerdo con el experto, hay al menos once casos de personajes con dificultades para respirar asociadas con emociones extremas en "Troilo y Crésida", los poemas "La violación de Lucrecia" y "Venus y Adonis" y la comedia "Los dos caballeros de Verona", comparado con dos ejemplos en las obras de otros escritores de la época.

La fatiga y el cansancio como resultado del sufrimiento o el desconsuelo es una sensación familiar para los personajes de William Shakespeare, que recoge esos síntomas dos veces más que sus colegas en obras como "Hamlet", "El mercader de Venecia", "Ricardo II" o "Enrique IV" parte 2.

La pérdida de audición por emociones fuertes ocurre en "El rey Lear" o "Ricardo II", mientras se da hipersensibilidad de los sentidos en "Mucho ruido y pocas nueces", "Coriolanus" o "Venus y Adonis".

"La percepción de Shakespeare de que la pérdida de sensibilidad o las sensaciones exageradas pueden tener un origen psicológico parece que no era compartida por sus contemporáneos, ninguno de los cuales alude a tales fenómenos en sus obras", escribe Heaton en la revista.

También es mucho más frecuente en la obra del dramaturgo, poeta y actor que en la de sus colegas la descripción de la sensación de frío y de desmayo como síntoma de shock, por ejemplo en "Julio César" o "Titus Andronicus".

Heaton concluye que Shakespeare era un escritor "excepcionalmente consciente" de la relación entre el cuerpo y la mente, lo que hacía que pudiera transmitir muy bien estados emocionales y conectar con la audiencia.

Según el experto, este estudio debería inducir a los médicos a tener presente que "los síntomas físicos pueden tener causas psicológicas", lo que evitaría diagnósticos incorrectos y tratamientos inadecuados.


EFE