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viernes, 27 de julio de 2012

Diez gestas latinoamericanas en la historia de los Juegos Olímpicos


(AFP) - Ganar tres medallas de oro seguidas en los pesos pesados o dos en fútbol o convertir los 800 metros en una prueba de velocidad, fueron algunas de las gestas olímpicas protagonizadas por latinoamericanos.
– Uruguay, la campeona del mundo de fútbol antes de los mundiales
Cuando todavía no existía la Copa del Mundo de fútbol, la única posibilidad de encuentros entre equipos intercontinentales eran los Juegos Olímpicos, un feudo de europeos y estadounidenses al que se asomó en París-1924 un equipo brillante y revolucionario: la Uruguay de José Nasazzi y Héctor Scarone. En cinco partidos marcó 20 goles y encajó dos, derrotando 3 a 0 a Suiza en la final. Cuatro años más tarde, en Amsterdam, con muchos de los mismos jugadores, ganaría el oro a Argentina y, finalmente, también se impondría en el primer Mundial, disputado… en Uruguay.
– Juantorena, el hombre que hizo del medio fondo una carrera de galgos
Hasta la irrupción del cubano Alberto Juantorena en los Juegos de Montreal-1976, la carrera de los 800 metros era considerada una de medio fondo y la de 400 metros una de velocidad. Dos carreras de mundos diferentes, de diferentes preparaciones, estilos y estrategias. Ayudado de su imponente zancada -medía 1,92m- Juantorena ganó ambas, con tiempos de 44,26 segundos y 1:43:50, sin que nadie haya repetido.
– Teófilo Stevenson, tres oros en pesos pesados y una pelea que no pudo ser
Considerado el mejor boxeador amateur de la historia, Stevenson reinó casi dos décadas en los pesos completos. Ganó los títulos olímpicos de Munich-1972, Montreal-1976 y Moscú-1980, convirtiéndose en el boxeador con más oros hasta que le igualó su compatriota Felix Savón. Hubiese podido ganar incluso el de Los Angeles-1984, pero Cuba no asistió por razones políticas.
En Munich-1972 Stevenson rechazó una oferta de un millón de dólares para irse a pelear a Estados Unidos como profesional -lo que implicaba desertar de su país- y protagonizar ahí la pelea del siglo que nunca se dio: Stevenson-Muhamad Alí.
– Jefferson Pérez puso a Ecuador en el mapa olímpico
El 26 de julio de 1996, en Atlanta, el ecuatoriano Jefferson Pérez, 22 años, especialista en una disciplina poco conocida del gran público, le dio a su país la primera medalla olímpica de su historia. Y de oro, siendo el más joven de la historia en lograrla en esa disciplina. En Pekín-2008 ganaría la plata, completando el palmarés olímpico de Ecuador a la espera de nuevos triunfos.
– María Isabel Urrutia, tres deportes y un primer oro para Colombia
La única medalla de oro que tiene Colombia entre sus once preseas la aportó la colombiana María Isabel Urrutia, en halterofilia. Fue en Sídney-2000, tras un periplo deportivo muy particular que le llevó a participar en los de Seúl-1988 en lanzamiento de bala y disco sin recompensa. En Sídney, en la categoría de 75kg, Urrutia se impuso por sorpresa levantando en arranque 110 kilos y 135 kilos en envión, un total de 245.0 Kg, igual que una rival china y una nigeriana. La balanza y el oro se inclinaron a su favor por tener menos peso.
– Felipe “Tibio” Muñoz: 17 años y un triunfo extraordinario
Los Juegos Olímpicos de México-1968 son unos de los más recordados por los aficionados. Por el récord en salto de longitud de Bob Beamon, por la reivindicación en el podio -cabeza gacha y puño en alto- de John Carlos y Tommie Smith y por la gesta del mexicano Felipe Múñoz. Apodado “el Tibio” -dice la leyenda que porque su padre era de Aguascalientes y su madre de Río Frío-, este mexicano de 17 años logró imponerse con holgura al soviético Vladimir Kosinski en la final de los 200 metros braza.
– Juan Carlos Zabala, el huérfano argentino que triunfó en maratón
Incluso en los primeros Juegos Olímpicos, cuando el imperativo del amateurismo acababa protegiendo a muchachos ricos que podían pagarse el viaje y dedicarse al deporte, la maratón era terreno de héroes modestos. Uno de ellos fue el argentino Juan Carlos Zabala, de Rosario, un huérfano criado en un reformatorio que se entregó al deporte y que en Los Angeles-1932 se convirtió en el primer latinoamericano en ganar la prueba con un tiempo de 2:31:36 horas. Sólo le siguió otro, Delfo Cabrera, un compatriota, en los Juegos de Londres-1948.
– El equipo argentino de básquet en 2004: ellos fueron el equipo de ensueño
La historia del básquet tiene grabado el único oro que han perdido los profesionales estadounidenses -apodados los Dream Team, equipos de ensueño-: fue en Atenas-2004, a manos de la selección argentina. Liderada magistralmente por Emanuel Ginóbili, Argentina batió a Estados Unidos en la semifinal (89-81) y arrolló a Italia en la final (84-69).
No fue sólo eso. Los argentinos son la bestia negra de los profesionales de la NBA desde que en 1992 Estados Unidos empezó a mandarles en lugar de los universitarios a disputar competiciones importantes. En el Mundial de Indianápolis de 2002 fueron los primeros en batirles (87-80), ganando luego la plata.
– Adhemar Ferreira da Silva, el saltador artista
Hasta Melbourne-1956, Brasil había ganado tres medallas de oro en unos Juegos Olímpicos -luego, y hasta la fecha, llegarían 17 más-. Dos de ellas (en Helsinki-1952 y Melbourne-56) correspondían a Adhemar Ferreira da Silva, el único latinoamericano en haberse impuesto en triple salto. Fue uno de los grandes iconos deportivos brasileños, antes de la irrupción de Pelé en el Mundial 1958, y su mejor deportista olímpico hasta la llegada del navegante Rober Scheidt, que en Londres-2012 podría convertirse en el primer triple campeón olímpico de Brasil. Pese a su modesta procedencia, Da Silva hablaba idiomas, ejerció el periodismo y encarnó al ángel de la muerte en la película “Orfeo Negro” (1959).
– Claudia y Silvia Poll, dos hermanas que construyen un medallero
Las cuatro medallas olímpicas que tiene Costa Rica -un oro, una plata y dos bronces- tienen un apellido: Poll. El de las hermanas y nadadoras Claudia y Silvia. Claudia le dio a su país un oro en Atlanta 1996 en los 200 metros libres y dos bronces en Sídney-2000. Su hermana Silvia, le dio una plata en Seúl, en los 200 libres.