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martes, 4 de septiembre de 2012

Cristina Kirchner ratifica tipo de cambio administrado y restricción a importaciones


La presidenta de Argentina, Cristina Kirchner, ratificó el tipo de cambio y la restricción a las importaciones, en un discurso por el Día de la Industria la noche del martes, luego que referentes del sector le pidieran agilizar el ingreso de insumos fabriles.

Kirchner aseguró que las trabas a las importaciones protegen "el trabajo y la industria nacional", en una intervención transmitida en cadena nacional, aunque en diferido, ante centenares de empresarios de la Unión Industrial Argentina (UIA), la patronal más grande del país.

"La flotación administrada aplicada desde 2003 nos ha permitido el crecimiento económico", a un ritmo promedio desde entonces de casi 9% anual, aunque con un rendimiento en 2009 de solo 0,9% por el impacto de la crisis mundial, insistió la mandataria.

Además, permitió que el país "pueda seguir sustituyendo importaciones y reindustrializándose", dijo Kirchner en el acto realizado en Tecnópolis, una megamuestra de ciencia, arte y tecnología que ocupa un predio de 50 hectáreas en Villa Martelli, en la periferia norte de la capital argentina.

El gobierno profundizó desde 2011 un cepo cambiario (control de intercambios en el mercado de cambios) que restringe a niveles nunca vistos en el país el manejo de divisas en manos privadas y traba importaciones a fin de disponer de más fondos para pagar compromisos de la deuda por casi 12.000 millones de dólares este año.

Tan fuerte se aplicó el torniquete cambiario que dañó incluso las compras indispensables del sector fabril, una de las locomotoras del crecimiento promedio de la economía de 8% anual desde 2003, según estadísticas oficiales.

En su intervención, la presidenta se refirió a la situación mundial y advirtió que "estamos en un puente sobre aguas turbulentas".

"Hay una verdadera batalla comercial entre las principales economías y lo que nosotros vamos a seguir haciendo es proteger el trabajo y la industria nacional contra viento y marea", enfatizó.

Antes del acto, referentes de la UIA habían reclamado al gobierno agilizar la importación de insumos fabriles, aunque reafirmaron su apoyo a la política de protección de la industria local.

"Si bien las licencias no automáticas y los aranceles son una ayuda muy importante para la industria, pedimos que la importación de insumos sea autorizada más rápidamente, para no afectar la producción local", dijo el vicepresidente de la UIA, Juan Carlos Sacco, a radio El Mundo.

Kirchner ha frenado importaciones para mantener el superávit de balanza comercial en unos 10.000 millones de dólares y atesorar reservas monetarias por arriba de los 45.000 millones (incluyendo los encajes bancarios), a costa de ser blanco de duras críticas de organismos internacionales, Estados Unidos, Japón y la Unión Europea.

"Este gobierno ha demostrado ser industrialista. La limitación a los importados mejoró muchísimo, pero nos gustaría más agilidad en los trámites para no perder competitividad", agregó Sacco.

Las industrias automotriz y de la construcción, entre otras, consolidaron el modelo económico kirchnerista, pero la crisis mundial hizo estragos y la producción se desaceleró.

"Entre enero y julio pasados, la industria expone una disminución de 1,2%, comparando con el mismo período de 2011", dijo en su último informe el oficial Instituto de Estadística y Censos (INDEC).

Las restricciones a las importaciones han afectado a un "amplio segmento" de la industria de Estados Unidos, según un informe oficial del gobierno de ese país en agosto.

El 21 de agosto, Estados Unidos y Japón presentaron a la Organización Mundial del Comercio (OMC) un pedido de consultas con Argentina sobre medidas de restricción de importaciones que consideran contrarias al comercio internacional.

Otro pedido de consultas con Argentina en la OMC fue solicitado en agosto por México, país que reaccionó a la decisión de Kirchner de poner fin unilateralmente a un acuerdo de complementación con el argumento de que Buenos Aires acumulaba un fuerte déficit en el comercio del sector automotor.


AFP