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lunes, 14 de enero de 2013

Análisis Datincorp: “Es equivocado subestimar al chavismo sin Chávez”


El presidente de la encuestadora Datincorp, Jesús Seguías, en su análisis de la situación actual del país y la actuación de las oposición,consideró que estos factores “están cometiendo graves errores al subestimar al chavismo sin Chávez“, por lo que les recomendó “tensar la cuerda”.
Añadió que es irrelevante la discusión de una juramentación o no y que en este caso lo realmente relevante es si el Mandatario Nacional volverá o no.
A continuación, mencionó varias ventajas que puede tener el chavismo ante la ausencia del Presidente, entre ellas que ya poseen un un candidato presidencial en la figura de Nicolás Maduro.
A su juicio, lo más conveniente para el chavismo es ir a elecciones lo antes posible“aprovechando el impulso de las victorias presidencial y regionales”.
A continuación el análisis completo de Jesús Seguías, presidente de Datincorp:
Algunos factores de la oposición podrían estar cometiendo graves errores de cálculo, al subestimar al chavismo sin Chávez y creer que es hora de tensar la cuerda.
A decir verdad, era irrelevante, desde el punto de vista político, discutir si Chávez tomaba o no posesión de su cargo el 10 de Enero (todos tenemos derecho a enfermarnos). Lo relevante ha sido definir si volverá o no a la presidencia. Ese debió ser el foco. Y pudo definirse a partir de un plano de diálogo sincero entra chavistas y opositores. Sin duda, el chavismo está en graves aprietos sin su líder absoluto (nadie aun en el PSUV tiene el mismo fuelle para reemplazarlo a corto plazo) pero no significa que estén derrotados.
Por supuesto, el PSUV no es hoy lo que era la AD de los sesenta, cuando Rómulo Betancourt se retiró sin pensar en la reelección. Su ausencia no significó ningún trauma para Acción Democrática, pues su líder se esforzó por construir un partido con liderazgo colectivo (lo cual garantizó la sobrevivencia de AD durante muchos años más), mientras que Chávez enfocó toda su acción política alrededor de su liderazgo personal, olvidando su condición de mortal, y que la vida nos juega a veces celadas amargas e inmerecidas. Craso error que más nunca debe cometer organización política alguna. Hoy en el PSUV están de carreras, y tratando de ganar tiempo para que la ausencia de su líder no los sepulte.
El acuerdo entre Diosdado Cabello y Nicolás Maduro disipa, por ahora, las amenazas internas de división que tanto preocupaban a Chávez. Creo que el chavismo, con Nicolás Maduro a la cabeza, y con el oportuno entendimiento entre éste y Diosdado Cabello, tiene mucho juego por delante. No doy por sentado que la ausencia de Chávez allane el camino para una fácil victoria opositora.Sin embargo, el chavismo sin Chávez tiene varias ventajas. La primera: Ya tienen un candidato presidencial (Nicolás Maduro), propuesto además por su líder en momentos dramáticos de su vida, lo cual ha generado un alto impacto emocional en las bases chavistas, así como una unidad interna que nadie discute dentro del chavismo. Es decir, todos apoyan a Nicolás Maduro (lo cual no significa que hayan desaparecido las corrientes internas).
Con un candidato ya definido, al chavismo quizás le convendría ir a elecciones lo más pronto posible, aprovechando el impulso de las victorias presidencial y regionales, y simultáneamente sacar ganancias a la desmoralización opositora generada por las recientes derrotas, y evitando que los pasivos gubernamentales heredados por Maduro hagan explosión en los próximos meses y tenga que enfrentarlos sin el liderazgo que ha tenido Chávez.
En segundo lugar, no olvidemos que la misma fortaleza económica con que contó Hugo Chávez para posicionarse como líder seguirá intacta en manos de Maduro. Es cierto que Venezuela entrará en graves dificultades económicas, pero nada indica que los precios petroleros se derrumben en los próximos meses. Además, Maduro contaría con una carta bajo la manga que le permitiría seguir toreando la crisis sin mayores colapsos: los precios de la gasolina.Otra posibilidad es que Nicolás Maduro asuma el gobierno y comience a desplegar acciones que levanten su popularidad y liderazgo, y llegue a una elecciones dentro de varios meses ya posicionado. Es factible, y al parecer ha sido la decisión del alto chavismo.
En tercer lugar, el Chavismo, a estas alturas del juego político, ya comienza a trascender a Hugo Chávez. Hoy constituye una de las burocracia estatales más voluminosas del mundo. Han empoderado política, financiera y organizativamente a millares de líderes naturales de los barrios, quienes tienen en sus manos poder de decisión para otorgar beneficios directos al pueblo. A decir verdad, el poder en Venezuela ha terminado desparramándose y “estructurándose como parcelas semifeudales, débilmente enlazadas, y cada una con su vida propia”, tal como lo define Graham Allison al hablar del poder real en cualquier lugar del planeta. Eso pesa mucho a la hora de unas elecciones.
Desde hace un buen tiempo vengo diciendo que Chávez ha sido dueño del discurso más no del poder, porque éste ha estado en manos de sopotocientos intereses creados, donde casi todo el mundo le dice sí a Chávez, se ponen las gorras y franelas rojas, y terminan haciendo lo que les conviene personalmente. Es una de las tragedias políticas del proceso chavista, a la vez que su mayor fortaleza electoral en este momento ante la ausencia del líder.
En cuarto lugar. Independientemente de la existencia de intereses “semifeudales” dentro del chavismo (lo cual es normal en todos los gobiernos del mundo), y del poder económico con que seguirá contando Maduro, hay que admitir que Chávez logró que los pobres y las clases medias bajas del país se sintieran reconocidos e importantes en este proceso político. Eso genera altos niveles de identidad que trascienden a las razones políticas e ideológicas. Esa ha sido la mayor amalgama que llevó a la victoria a los adecos ayer y al PSUV hoy. Los adecos la abandonaron ayer, el PSUV aun los mantiene hoy.

El reto opositor no es electoral sino político

A la oposición, por su parte, no le conviene unas elecciones inmediatas: no tiene un candidato definido, la organización opositora aun no iguala a la chavista, están menguados económicamente y finalmente los factores de la oposición aun no terminan de entender que su mayor reto para derrotar al chavismo no es electoral sino político y de liderazgos, sobre todo en los sectores que representan a la mayoría nacional: los pobres, los excluidos. Eso no se construye en tres meses. Así que tampoco la Oposición las tiene fácil.
Entonces ¿para qué tantas presiones opositoras? ¿Para qué tanto apuro? ¿Es porque se los dice el formato estratégico sobre el cual vienen cabalgando desde hace 15 años, y que no les ha funcionado jamás? Están en la obligación de protestar lo que consideran injusto, pero sin perder las perspectivas, sin desconocer sus deficiencias.
Si los líderes opositores aceptaran consejos, yo aconsejaría un diálogo constructivo con un adversario que ya comprende que su futuro también entra en un hueco oscuro en materia de liderazgos (el mismo en el que se encuentra la oposición), y por tanto ambos están igualmente obligados a dialogar sobre temas clave de la nación (y claro, sin espacios para las negociaciones subalternas). Es necesario brindar sosiego al país, y dar chance para que todo el mundo rehaga su juego.
Además, la Oposición necesita acudir a las próximas elecciones municipales con un ambiente de relativa normalidad. Estas elecciones son clave para una oposición que ha quedado menguada en las posiciones de poder regional y local.