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viernes, 1 de julio de 2011

Mohamed VI busca un voto masivo

El reto para las autoridades marroquíes es conseguir una alta participación en el referéndum sobre la nueva Constitución de Marruecos que se celebra hoy y los primeros datos apuntaban a que van camino de lograrla. El Ministerio del Interior ha anunciado que a las 12.30 hora local (13.30 hora peninsular española) había votado el 26,2% % de los marroquíes, un porcentaje nada despreciable cuando los colegios electorales llevaban tan solo dos horas y media abiertos. En las últimas elecciones legislativas, en 2007, la participación fue solo del 37%.

 Algo más de 13 millones de marroquíes se pronuncian en 40.000 colegios electorales -medio centenar han sido abiertos en España- sobre una nueva Constitución para la que el rey pidió un voto favorable en su discurso del 17 de junio. Aún así los jóvenes del Movimiento 20 de Febrero, varios pequeños partidos de izquierdas, una importante central sindical y una corriente islamista propugnan el boicoteo de la consulta porque consideran que la Carta Magna no es suficientemente democrática.

"Estoy aquí porque el mokamed (agente del Ministerio del Interior destacado en cada barrio), me lo ha pedido, pero ahora resulta que no puedo votar porque no aparece mi tarjeta de elector", se lamenta Fatiha, una septuagenaria en la puerta del Liceo Averroes en el barrio de Yacoub el Manssur en Rabat. Hace mucho calor y las mujeres agolpadas a la entrada se abanican constantemente.

Además del carné de identidad los marroquíes necesitan una tarjeta de electoral para poder votar. Se calcula que entre siete y ocho millones de adultos no se han inscrito para obtenerla por lo que no podrán introducir una papeleta en la urna.

No todos los votantes se presentan en los colegios a instancias de los funcionarios del Interior. "Esta Constitución es la culminación de una lucha de más de 30 años por la democracia", asevera sonriente Mohamed el Yazghi, ministro de Estado y exprimer secretario de los socialistas marroquíes.

La nueva Ley fundamental transfiere algunos de los poderes del rey al jefe del Gobierno, pero no crea una monarquía parlamentaria semejante a las existentes en Europa porque el soberano sigue siendo el Comendador de los Creyentes, preside un Consejo Nacional de Seguridad, con competencias sobre Defensa e Interior, y el órgano del poder judicial. También puede destituir a ministros tras consultar con el jefe del Gobierno. "No vamos a imitar como simios los modelos monárquicos que prevalecen en Europa", explica Yazghi tras votar en el colegio de Karrakchou del acomodado barrio de Souissi. "Tenemos nuestra historia, nuestras especificidades", recalca. "Aún así créame que esta Constitución supone un avance gigantesco".

Sin sondeos pre-electorales
En Marruecos no se han hecho sondeo sobre el resultado del referéndum en el que la mayoría de los partidos y sindicatos defienden el "sí". Lakome, la segunda web informativa de Marruecos, hizo una encuesta online en la que participaron 51.226 internautas. El 52,3% anunció que boicotearía la consulta, mientras que el 39.09% indicó que votaría a favor y el 5% en contra. Lakome, la segunda web informativa más consultada de Marruecos, es muy crítica con el sistema político marroquí y buena parte de sus lectores comparten ese enfoque. Por eso el resultado de la encuesta no es muy significativo.

El sí a la nueva Constitución de Marruecos está garantizado de antemano. Ahora se trata de lograr una alta participación en el referéndum. Para alcanzarlo, las autoridades marroquíeshan echado el resto en un país en el que en las últimas elecciones legislativas solo votó el 37% de los inscritos. Los colegios electorales han abierto a las ocho de la mañana, hora local, y permanecerán disponibles hasta las siete de la tarde.13 millones de marroquíes apuntados en el censo electoral -entre siete y ocho millones de adultos no se han registrado- están llamados a pronunciarse hoy sobre la nueva Carta Magna que el rey Mohamed VI presentó en un discurso hace dos semanas.
A lo largo de los diez días de campaña, que concluyó anoche, el aparato del Estado y los partidos de la coalición gubernamental no han ahorrado esfuerzos para que los marroquíes respondan al llamamiento real. Es el primer referéndum de la era de Mohamed VI, que llegó al trono en 1999. "¡Que el escrutinio no se convierta en plebiscito!", titula su editorial Ali Anouzla, director de Lakome. La principal novedad de la nueva Constitución, la anterior fue aprobada en 1996, consiste en transferir parte del poder cuasi absoluto del monarca al jefe del Gobierno, que el rey elegirá en el seno del partido más votado. "El rey da la impresión de haber dado las llaves de algunos de sus poderes al jefe del Gobierno, pero en realidad conserva una copia en el bolsillo", señala Ahmed Benchemsi, exdirector del semanario Tel Quel.

Boicoteo del Movimiento 20 de Febrero
Nadie propugna el no a la nueva Ley Fundamental, sino el boicoteo a las urnas. Lo defienden los jóvenes del Movimiento 20 de Febrero, el día que empezaron las protestas, tres pequeños partidos de izquierdas, el sindicato CDT, varias asociaciones de la sociedad civil y la corriente islamista Justicia y Espiritualidad. Las autoridades han contrarrestado con creces esta campaña. Lo han hecho, primero, instando a la participación con anuncios en prensa y hasta, por primera vez en Marruecos, lanzando octavillas desde una avioneta en Tánger, la ciudad más rebelde. La prensa oficialista no se queda a la zaga. "Sí a la Constitución para consagrar la independencia del poder judicial", titulaba en portada L'Opinion, órgano del partido nacionalista Istiqlal.

Interior proporciona también todo tipo de facilidades para que los ciudadanos puedan depositar su papeleta. Los tres millones de emigrantes en Europa podrán votar en sus consulados y, allí donde no existen, en locales alquilados. El medio millón de adultos marroquíes residentes en España podrán hacerlo en medio centenar de ciudades. En las legislativas los emigrantes no tuvieron derecho al voto.

Las ansias por estimular la participación han llevado a Interior a instalar en los puertos de Algeciras, Ceuta y Sète (Francia) colegios electorales en los que no hay ningún votante censado, lo que constituye una anomalía electoral. Allí podrán votar los inmigrantes en tránsito antes de embarcar hacia Marruecos. En la televisión se han celebrado numerosos debates y entrevistas con expertos que ensalzan las virtudes de la nueva Constitución y explican por qué hay que respaldarla. En las zonas rurales son grupos folclóricos los que piden el sí al son de la música. En las mezquitas, los imanes animan desde el viernes a votar a favor de la nueva Carta Magna.

EL PAIS
ESPECIAL: Revueltas en Marruecos