Omar Ortiz, un exportero de 35 años del Monterrey al que se le había perdido
el rastro hace unos días -y al que los medios mexicanos daban por secuestrado-
ha reaparecido arrestado por la policía de su país. Paradójicamente, se le acusa
de formar parte de una red de secuestradores.
El Gato Ortiz -como se le conoce popularmente en su país- es un peculiar
guardameta, musculoso y con los brazos tatuados, que llegó a jugar un
partido con la selección de México en 2002. Actualmente jugaba en otro equipo,
el Jaguares, y estaba cumpliendo una sanción de dos años por haber dado positivo
en un control antidopaje, aunque le faltaba poco para poder volver a las
canchas.
El portero ha sido detenido en el estado norteño de Nuevo León. Según informa
la agencia REUTERS, citando a un funcionario cercano a la Fiscalía, Ortiz será
presentado a los medios en México este sábado (madrugada del domingo en España)
junto a otros supuestos miembros de la red de secuestradores.
EL PAIS