Un informe publicado este sábado por el Gobierno
de Afganistán, reveló la continuidad de los maltratos y torturas infrigidos a
los presos de la cárcel de Bragam, regentada por tropas estadounidenses y
afganas. La víspera el presidente Hamid Karzai exigió a Estados Unidos ceder a
las autoriodades de la nación islámica el pleno control de la prisión.
El informe reveló la persistencia de casos de
torturas, privación de alimentos, e impedimento de liberación a pesar de haber
cumplido la pena completa, dijo el presidente de la Comisión de Control de la
Constitución, Gul Rahman Qazi, que fue a Bagram a petición de Karzai.
Asimismo, el presidente de la comisión citó a
detenidos que se quejaron por haber sido desnudados para ser registrados.
Según el informe, hay "menos casos de maltrato"
en la parte afgana de la cárcel que en la estadounidense.
En Bagram, hay al menos tres mil presos, la gran
mayoría talibanes. La prisión militar se construyó poco después de que la
invasión de fines de 2001, encabezada por Estados Unidos, expulsara al
movimiento islamista Talibán del poder en Afganistán.
En 2005, luego de denuncias bien documentadas
sobre muerte, tortura y desaparición de prisioneros, Washington intentó
desprenderse de la base y entregarla a Kabul. Pero una serie de desinteligencias
legales, burocráticas y administrativas obligaron a mantenerla bajo control
militar estadounidense.
"La existencia de cárceles dirigidas por
extranjeros en Afganistán está absolutamente prohibida por nuestra
Constitución", aclaró Qazi.
Por su parte, Victoria Nuland, portavoz del
departamento de Estado norteamericano, afirmó que "nos tomamos en serio
cualquier acusación de maltrato a un preso", y aseguró que el gobierno de Barack
Obama "trabaja desde hace tiempo con Afganistán para transferir los centros de
detención de una forma y según un calendario apropiados".
Un informe del Comité Internacional de la Cruz
Roja difundido en 2009 lamentó el persistente maltrato de prisioneros en
Bagram.
El documento menciona superpoblación, condiciones
"duras", falta de claridad en la base legal de las detenciones, confinamiento de
detenidos y tratamientos crueles en "violación de las Convenciones de
Ginebra".
Algunos de los prisioneros han estado detenidos
sin ser acusados ante los tribunales por más de cinco años. La Cruz Roja sostuvo
que docenas estuvieron incomunicados por semanas e incluso meses, y que se los
mantenía ocultos cuando se realizaban inspecciones.
Un informe de la ONU, difundido por la prensa
internacional el pasado mes de septiembre, denunció que numerosos reos de las
prisiones afganas son golpeados, sufren ataques sexuales y reciben descargas
eléctricas, así como también la mayoría de éstos se encuentran en centros de
retención secretos .
(teleSUR)