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martes, 8 de mayo de 2012

Vargas Llosa: “Me encanta el cine y puedo ver películas malas, como las de Schwarzenegger”


EFE) - El escritor Mario Vargas Llosa considera “absolutamente evidente” que la vieja idea de cultura, la que había hace cincuenta o sesenta años, “no es válida“, ya que hay una realidad que la ha hecho “estallar en pedazos” y no está claro qué la ha reemplazado.
“Vivimos en un período de gran confusión”, aseguraba hoy Vargas Llosa en un debate sobre su ensayo “La civilización del espectáculo” (Alfaguara), que tuvo lugar durante la entrega de los premios NH de relatos que llevan el nombre del gran escritor peruano.
Rodeado de escritores como Jordi Gracia, Fernando Aramburu, Ángeles Caso, Luisgé Martín, Gonzalo Hidalgo Bayal y José Luis Martín Nogales, entre otros, Vargas Llosa insistió en que la cultura hoy día “es más diversión y entretenimiento que reflexión o indagación sobre aspectos fundamentales de la existencia humana”.
Y no es que el autor de novelas tan esenciales como “Conversación en la Catedral“, “La casa verde” o “La fiesta del Chivo” esté “en contra del entretenimiento” ni del cine, por ejemplo.
Me encanta el cine y puedo ver películas malas, como las de Schwarzenegger“, dijo el escritor entre las risas de los asistentes. “Me gusta mucho el fútbol y me exalto mucho en las tribunas, pero creo que, por mi formación, afortunadamente puedo establecer categorías entre lo que son las películas de Schwarzenegger y las de Visconti”, añadió.
Pero actualmente hay un público que “no está en condiciones de hacer ese tipo de discriminación”, aseguró Vargas Llosa.
Algunos celebran los cambios que se están produciendo y que “por fin la cultura llegue a todo el mundo y se haya democratizado de verdad“.
Pero otros, entre los cuales se encuentra el escritor, ven “con preocupación la desaparición de ciertos órdenes de prelación, de ciertos valores y cánones estéticos, y también éticos, que hasta no hace mucho constituían unas guías que permitían orientarse” entre las diversas propuestas culturales, señaló.
Vargas Llosa cree que la globalización “es una de las buenas cosas de este tiempo”, porque va a servir para “acabar con prejuicios y lugares comunes que antes separaban a las razas, a las culturas, por el extraordinario aislamiento en que vivíamos”.
También, la gran revolución de las comunicaciones “hace difícil establecer sistemas de control y de censura del pensamiento“, y esa es otra de las ventajas de los cambios que se viven.
Pero esa revolución, en el campo de la cultura, “ha tenido un efecto negativo porque los grandes medios de comunicación apuntan por lo general hacia lo más bajo” para alcanzar la mayor audiencia, en especial la televisión, agregó.
En todo este proceso, agregó el premio nobel de literatura, sí hay “una cierta responsabilidad” por parte de los artistas, escritores e intelectuales “por haber dado la espalda en muchos casos al gran público en razón de una moral intransigente” y por negarse a hacer “más asequible el producto cultural a fin de que pudiera llegar al gran público sin sacrificar el rigor creativo”.
En ese sentido, el siglo XIX “fue ejemplar porque produjo una literatura de gran calidad y al mismo tiempo llegó al gran público”, como sucedió con Víctor Hugo, Dickens o Tolstoi.
Luego, a comienzos del siglo XX, eso se comienza a perder y la literatura que se hacía “se fue encerrando en un mundo que vuelve la espalda al gran público”.
Ese público, afirmó Vargas Llosa, se va alimentando “cada vez más de una literatura de poca calidad, y es el que es ganado por la cultura de la imagen”.
El escritor dejó claro que “hay excepciones”, como el caso de “Cien años de soledad“, de Gabriel García Márquez, que ha sido leído “por millones de personas y es un libro de altísima calidad”.