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domingo, 1 de mayo de 2011

Ahmadineyad retoma la actividad tras una semana de pulso con el líder supremo

El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, retomó hoy su actividad y presidió el Consejo de Ministros, tras más de una semana de pulso con el líder supremo de la Revolución, ayatolá Alí Jameneí.

Según la prensa estatal, el mandatario cedió ante las numerosas voces que en los últimos días le habían conminado a poner fin a una crisis que ha afectado negativamente a los cimientos del dividido régimen iraní.

La advertencia más dura llegó el viernes desde el púlpito de la mezquita de la Universidad de Teherán, principal tribuna política del país, desde la cual uno de los clérigos más influyentes y conservadores del país, el ayatolá Ahmad Jatamí, le recordó que no debía sobrevalorar su poder.

Un día después, la prensa estatal hizo público el contenido de una carta firmada por más de dos tercios de los miembros del Parlamento en la que exigían al mandatario que obedeciera al líder supremo y acabara con una disputa que en su opinión ponía en peligro al sistema y daba munición a los enemigos.

Los mismos medios aseguran este domingo que durante la sesión del gabinete Ahmadineyad se comprometió a obedecer los dictados de la máxima autoridad del país.

Fuentes no oficiales afirman que algunos de esos diputados fueron el sábado a casa del presidente para convencerle de que retomara su actividad.

Sin embargo, miembros cercanos al círculo del presidente niegan el pulso y afirman que el mandatario “estaba descansando” porque no se sentía bien.

Ahmadineyad desapareció de la actividad pública a mediados de abril, lo que desencadenó una serie de rumores sobre su relación con el líder supremo y sobre la posibilidad de que fuera cesado o incluso dimitiera el mismo.

El origen del supuesto cisma se remonta al pasado 17 de abril, cuando Ahmadienyad colisionó con el líder supremo a causa de la supuesta destitución o dimisión -aún no se sabe- del todavía ministro de Inteligencia, Haydar Moslehí.

La prensa oficial iraní anunció que el clérigo había presentado su renuncia y que ésta había sido aceptada de inmediato por el presidente.

Sin embargo, apenas dos horas después, Jameneí, que tiene la última palabra en los asuntos del país, desautorizó a Ahmadineyad y restituyó a Moslehí en su puesto.

Analistas iraníes han enmarcado este incidente en la disputa que al parecer mantiene el presidente con el líder supremo por el control de ciertos recursos del Estado, y en particular por los servicios secretos.

Los rumores de crisis se dispararon el miércoles después de que la prensa estatal filtrara que Ahmadineyad había decidido, por segunda vez consecutiva, no asistir a la reunión del Consejo de Ministros, en el que si participó el citado ministro.

Tampoco se presentó al resto de actos públicos que tenía en agenda para esta semana.

Fuentes de la oposición aseguran que el presidente puso una serie de condiciones para retomar su actividad y defenderse así de lo que considera un ataque a sus prerrogativas, extremo que niegan webs conservadoras.

El supuesto reto colocó además en una difícil tesitura al líder supremo iraní, que defendió con determinación la controvertida vitoria electoral de Ahmadineyad en junio de 2011 pese a las denuncias de fraude de la oposición. EFE

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