Lo Último

.

.

domingo, 17 de julio de 2011

Los bancos de EEUU se hacen de oro con la crisis del euro

Una élite de banqueros estadounidenses se reúne en secreto en algún lugar de Manhattan el tercer miércoles de cada mes. Planifican la estrategia para conseguir que el mercado de derivados financieros, unos productos altamente especulativos, siga rindiéndoles desorbitantes beneficios; aunque, en teoría, lo que hacen es dar garantías al mercado, algo hoy en entredicho. De ese grupo de bancos de inversión estadounidenses, cuatro siguen copando el mercado más lucrativo dentro de los derivados, el de los credit default swaps (CDS): Goldman Sachs, Citibank, JPMorgan Chase y Bank of America (que en su día engulló el maltrecho Merrill Lynch). Son los principales beneficiados de la crisis del euro y los que más ganancias cosechan con los ataques a la deuda de los países europeos. 

A este selecto club se une otro banco anglosajón, el británico HSBC. Estas cinco entidades copaban, a finales de 2008, el 99% de las compras y de las ventas de CDS en el mundo, según un informe publicado por la CNMV. Una posición de dominio que hoy mantienen, según varios brokers consultados.

Es fácil de entender el oligopolio, ya que los propios bancos de inversión estadounidenses se inventaron ese mercado en los noventa. Por eso lo controlan. Todo empezó como una transacción en la que el banco ofrecía un seguro de impago a otro: "te cubro la posible pérdida a cambio de una cantidad". Y las operaciones se arreglaban por teléfono. Ni un papel de por medio. Así se hizo hasta 2005, cuando ya se estandarizó la operativa. Eso sí, fuera del resto de mercados organizados, ya que operan over the counter o en el llamado mercado gris. 

Para estandarizarlo, un grupo de bancos creó una asociación de derivados, la ISDA (por sus siglas en inglés), que marca las reglas del juego. Tanto es así que la ISDA decide en qué casos los vendedores de los CDS, que ofrecen cubrir un impago, tienen que indemnizar a los compradores de esa cobertura (principalmente, otros bancos y fondos de inversión y de pensiones).

En teoría, los CDS funcionan como un seguro. Un banco o una compañía de seguros asegura el impago de unos títulos que otro banco o un fondo ha comprado en el mercado. Si se produce el impago, el banco asegurador paga una indemnización al que compró ese CDS. Trasladado a los ataques contra la deuda de los países del euro, lo que se juega ahora es el impago o, más bien, la quiebra de Grecia, y su efecto contagio.
Lo grave es que el mercado de CDS permite a un comprador de ese seguro no tener los títulos de deuda que quiere asegurar. Y no se sabe con seguridad qué porcentaje de bonos está cubierto, aunque, según un informe de la CNMV, en la zona del euro la cobertura estaría entre el 1% y el 5%.

Sólo con los seguros sobre deuda de Europa del sur ganan 29.000 millones Como, a un tiempo, los CDS cotizan como acciones, los especuladores se lucran comprando y vendiendo constantemente esos títulos.

Además, los CDS influyen en el tipo de interés que tienen que ofrecer los países para que sus bonos sean comprados y poder financiarse así en los mercados. El CDS funciona como el termómetro del riesgo de impago de un país. Así que los especuladores atesoran CDS y hacen subir su precio, como han hecho con Grecia, Irlanda, Portugal, España y, ahora, Italia y Bélgica. Con ello, elevan la percepción de que es más arriesgado comprar deuda de esos estados. De esta forma, desde abril, en sólo tres meses, han tenido ganancias por el doble de lo que invirtieron vendiendo CDS que ya tenían de [...]

NOTICIAS.COM