Diplomáticos de Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Ecuador se reunieron en Quito para discutir si “¿Es posible un Mercosur suramericano?”, que expanda la integración regional en los ámbitos financiero y comercial.
El foro, organizado por la sede en Quito de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), contó con la participación de los vicecancilleres de Ecuador, Kintto Lucas, y de Uruguay, Roberto Conde Carreras.
Además, los responsables de asuntos del Mercosur de Argentina, Darío César Celaya; Brasil, Bruno Bath; el embajador paraguayo, Emilio Giménez, y el asesor del Alto Representante General del organismo regional, Joao Carlos Parkinson.
El encuentro se dio en un momento en que Ecuador ha mostrado su interés de pertenecer al Mercosur, organismo formado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, y que tiene a Venezuela en proceso de adhesión.
El vicecanciller ecuatoriano abrió el foro y en su intervención recordó que la integración que avanza en Suramérica se contrapone con la división que existía hace algunas décadas, cuando las políticas neoliberales impulsaban el libre comercio sin control.
Para él, el neoliberalismo dio lugar a las llamadas décadas perdidas en el continente.
En contraposición, la integración regional actual apunta a un desarrollo armónico y en conjunto, que tiene como centro de su accionar a las sociedades suramericanas.
Esa integración, añadió, se concreta en la vigencia de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que hasta ahora se ha basado en el pilar político como principal instrumento.
El vicecanciller ecuatoriano apostilló que el fortalecimiento de Uansur es vital, pero que se requiere incorporar el pilar económico a la integración desarrollada hasta ahora.
Para Lucas, el desafío pasa por articular las economías nacionales, alcanzar condiciones jurídicas y técnicas para fortalecer la inversión regional y lograr niveles altos de competitividad.
Con ello coincidió su colega uruguayo, para quien, “la hora de la integración sudamericana ha llegado”, pero que ello supone avanzar con pasos firmes, sobre todo en el campo económico.
Para Conde Carreras, Suramérica debe “simplificar los mecanismos y profundizar los contenidos” de la integración para evitar el riesgo de que los nuevos acuerdos se sobrepongan a otros ya adoptados.
Por ello, el uruguayo aseguró a Efe que entre suramericanos “no podemos hacernos trampas, no podemos mentirnos a nosotros mismos” y encarar la integración económica en su real magnitud.
Recordó que el debate actual en esta materia es ver “si puede haber un proceso de convergencia” entre los distintos bloques comerciales de la región, especialmente entre el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Comunidad Andina (CAN).
“Hay que diagramar un proceso que llegue a esa convergencia en los próximos años”, añadió Conde Carreras y remarcó que, “para que haya una integración verdadera hay que resolver los temas de la integración económica y comercial”.
Sostuvo que esa convergencia se puede lograr con políticas sólidas de “financiación de inversiones” y la “complementación de las cadenas productivas” que busquen generar valor agregado a la producción regional.
“Hay que fortalecer la complementación de nuestras economías, tanto en términos de tecnología, de investigación, de acoplamiento de productos y de servicios logísticos de unos países y otros”, apostilló Conde Carreras.
Dijo que los latinoamericanos permanecieron “todo el siglo veinte divididos y dominados”, pero que en los últimos veinte años “hemos cambiado el rumbo de la historia”.
Por ello, la integración económica “tiene que ser un proceso estratégicamente gobernado, en el que no sólo se apunte al libre comercio sino a la resolución de todos estos temas económicos”, añadió el vicecanciller uruguayo.
AP