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domingo, 17 de abril de 2011

Cuando los países deben más dinero del que producen


El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió esta semana que, en 2011, la deuda pública de los países más ricos del planeta podría superar el monto de todo lo que producen sus respectivas economías, el Producto Interno Bruto (PIB), en una situación no vista desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Por eso, el FMI -que no ha estado exento de controversias- ha salido a presionar a las mayores economías del mundo para que hagan algo al respecto.

El organismo multilateral de crédito reclama "medidas creíbles" principalmente a Estados Unidos, cuya deuda pública está a punto de llegar a los US$14,5 billones, lo que equivale a una cuarta parte de lo que produce el planeta en un año.

Según el FMI, si Washington no reduce sus compromisos financieros, los ya golpeados mercados mundiales podrían sufrir aún más. Y en ello coinciden numerosos analistas.

Mientras tanto, la receta de la austeridad recorre Europa: países que durante décadas se manejaron con un apreciable déficit en el presupuesto, altos niveles de endeudamiento y escaso crecimiento, tales como Grecia y Portugal, se han visto obligados no sólo a implementar penosos recortes, sino también a recurrir al rescate financiero de la Unión Europea (UE) y el FMI. La República de Irlanda se ha sumado recientemente a esta lista.

El Reino Unido, por su parte, está embarcado en reducir su déficit de más de US$200.000 millones en apenas tres años.

Francia también aprieta se ajusta el cinturón, mientras que España, con un 20% de desempleo y recientes medidas de ajuste implementadas por el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, soporta los embates de la desconfianza de los mercados y las calificadoras de riesgo, que le han reducido la capacidad de pago de su deuda pública.

En Asia, Japón -la tercera economía del mundo- es otra de las naciones más endeudadas del planeta, y ello incluso antes del terremoto y del tsunami del 11 de marzo.

Aún así, coinciden los expertos, todo depende en gran medida de lo que ocurra en Estados Unidos, la más grande de todas las economías.

El ajuste en EE.UU.El FMI acusa a Estados Unidos de expandir su déficit presupuestario en momentos en que éste debería ser reducido, debido a que la incertidumbre económica persiste en el nivel global.

El ajuste fiscal podría convertirse en uno de los temas centrales de la contienda electoral por la presidencia en 2012.

El mandatario estadounidense, Barak Obama, no niega el riesgo que representa la creciente deuda pública de su país. Recientemente admitió que podría costar más empleos y dañar la economía.

Obama propuso esta semana un plan para reducir el déficit en US$4 billones en los próximos doce años, pero sin extender la reducción de impuestos que acordó en diciembre para los sectores más acomodados de la sociedad y que ascendió a US$1 billón.

La oposición republicana advirtió, en cambio, que el recorte debería ser de US$6 billones en diez años, pero sin elevar un centavo los tributos que pagan millonarios y multimillonarios.

Según el corresponsal de la BBC en Washington, Paul Adams, los negociadores de cada partido deberán alcanzar un acuerdo para un plan final que reduzca el déficit a más tardar en junio.

¿Bancos intocables?Según el FMI, la difícil situación de las economías más ricas se debe a los intentos de evitar, tras la crisis financiera de 2008, una reedición de la Gran Depresión de 1929 por medio de planes de estímulo y el rescate de miles de millones de dólares a bancos privados.

Los críticos dicen que, mientras que las medidas de austeridad propuestas por el FMI apuntan a reducir los presupuestos de educación, servicios, beneficios sociales y pensiones -con un gran impacto en la población-, las inyecciones de dinero público a la banca no parecen representar una preocupación para el organismo multilateral del crédito.

Sólo en 2010, los bancos de siete de las economías más desarrolladas se repartieron beneficios por unos US$550.000 millones.

Tras el desastroso desempeño de las instituciones financieras en 2008, en lo que ha sido descrito como una "economía casino", y su posterior rescate con dinero de los contribuyentes, la gran mayoría de las entidades bancarias han vuelto a generar ganancias y a pagar cuantiosos bonos a sus ejecutivos.

Y hasta ahora no ha habido más que recomendaciones para poner en práctica reglamentaciones que regulen más el funcionamiento de la banca, como sucedió esta semana en el Reino Unido.

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