Tras el derrame petrolero ocurrido el 4 de febrero en el río Guarapiche del estado Monagas, fueron muchas las consecuencia que a nivel ambiental se suscitaron. El servicio de agua sigue presentando deficiencias.
“El agua sigue llegando amarilla”, afirman vecinos en Maturín, que a más de 20 días del derrame petrolero en el río Guarapiche invierten hasta 140 bolívares semanales en la compra de agua mineral para cocinar y beber.
“El agua viene sucia. Para bañarme la hiervo y para tomarla compro la mineral“, señaló Vilma Main, habitante de la urbanización Fundemos II.
Por otro lado, Edith Pérez, del sector La Murayita, destacó: “Teníamos cinco días sin agua e íbamos a cerrar la calle, pero llegó la megacisterna“.
Los afectados hacen un llamado al alcalde de la ciudad, José Maicavares, para que reparta envases en la zona, pues los que hay son insuficientes.
Según una nota reseñada en el portal web de El Nacional, de acuerdo con el número de integrantes de la familia, los ciudadanos compran entre 2 y 5 botellones de más de 10 litros.
Los habitantes aseguran que la situación es insoportable, y exigen que se resuelva lo más pronto posible.
La solución temporal: el uso de cisternas
Decenas de choferes de cisternas llevan agua a las comunidades afectadas entre las 7:00 de la mañana y las 11:00 de la noche.
El conductor Gabriel Sosa manifestó: “Hacemos de cuatro a cinco viajes diarios; hasta ahora no tenemos problemas”.
Por su parte, Alexis Pérez, uno de los choferes de cisternas provenientes de Valencia, destacó que no tenía fecha para regresar a esa ciudad. “Mi misión es estar aquí hasta que termine la contingencia“, dijo.
Con información de El Nacional