La ONG sueca Civil Rights Defenders ha ideado una pulsera electrónica personal con un sistema de alarma para proteger a los activistas de derechos humanos contra posibles secuestros en los países en que trabajan.
En caso de ataque, la víctima puede activar de forma manual la alarma, que está conectada a través de tecnología móvil con la central de la organización en Estocolmo, con otros grupos colaboradores en el país en cuestión y con personas próximas al activista.
Y si la pulsera es arrancada por la fuerza, la alarma se activa de forma automática, explica la organización sueca, que ha incluido un sistema que sirve para localizar la posición exacta de la víctima mediante GPS.
Además de alertar a la propia ONG y a otras instituciones, la alarma está conectada a varias redes como Facebook o Twitter a través de su propia página, de modo que en teoría puede llegar a todo el planeta en apenas unos minutos.
A través de las redes sociales, la presión sobre los gobiernos respectivos puede ser más amplia y efectiva, sostiene Civil Rights Defenders.
"Este es un modo de mejorar la seguridad de muchas personas que están expuestas por su trabajo para organizaciones de derechos humanos", explicó recientemente el director de la ONG sueca, Robert Hårdh, durante la presentación de la pulsera electrónica en Estocolmo.
La iniciativa ha sido bautizada Proyecto Natalia, en recuerdo a la activista de derechos humanos y periodista ruso-chechena Natalia Estemírova, que documentaba las desapariciones en Chechenia y fue secuestrada y asesinada en julio de 2009, en un caso que atrajo gran atención internacional.
Estemírova formaba parte de la organización de derechos humanos Memorial y entre otros premios fue galardonada con el Right Livelihood Award, el denominado "Nobel Alternativo" que otorga la fundación sueca del mismo nombre.
"Pienso que a cualquiera de nosotros le gustaría hacer algo cuando se entera de lo que hacen estos activistas y los riesgos que afrontan. El Proyecto Natalia facilita poder contribuir de una forma directa a la defensa de las vidas de los activistas que están en riesgo", explicó en su comunicado Hårdh.
La ONG sueca ha aprovechado una conferencia celebrada estos días en Estocolmo para distribuir los primeros brazaletes a cinco activistas que trabajan con esta organización, fundada en 1982 con el objetivo de defender los derechos políticos y civiles en otros países.
Civil Rights Defenders nació inicialmente como la sección sueca del Comité de Helsinki, una institución pro derechos humanos surgida tras la conferencia celebrada en la capital finlandesa en 1975; y ahora realiza su labor en cinco zonas: Asia Central, este de África, sureste asiático, los Balcanes y Europa del este.
Su objetivo inicial con esta iniciativa es que a finales del próximo año estén equipados con las pulseras otros cincuenta activistas más, una cifra supeditada a que la organización reciba el apoyo económico suficiente tanto de patrocinadores como de particulares en general.
"Muchos hablan estos días de que esto podría haberle salvado la vida a Natalia", ha declarado Hårdh, recordando a la activista rusa-chechena que da nombre a un proyecto que se presenta a sí mismo como el primer sistema de alarma para los defensores de los derechos humanos en todo el mundo.
EFE