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domingo, 13 de noviembre de 2011

Una mujer se esconde en cárcel de varones para eludir a la justicia boliviana

(AFP) – Una mujer acusada de integrar una banda de estafadores se escondió durante cuatro días en la celda de uno de sus cómplices en una cárcel de La Paz para eludir a la justicia, sin que la policía se percatara hasta entonces, informó este sábado una fuente judicial.

La mujer, de 38 años, madre de tres hijos y cuya identidad se mantiene en reserva, está acusada de haber retirado 54.000 dólares de un banco con una identidad falsa, delito que puso al descubierto una banda de estafadores que iba a dar un golpe por 1,5 millones de dólares, según el fiscal Carlos Fiorilo.

“Lo más raro es que estos días ella estaba durmiendo en el penal de San Pedro. Estaba en una de las áreas de la cárcel. Uno de los 14 detenidos (presuntamente cómplices suyos) la invitó para decirle que está siendo buscada (por la justicia). ‘Acá vamos a tenerte escondida’, le dijo”, reveló Fiorilo.

En la cárcel de San Pedro, en pleno centro de La Paz, supuestamente tiene lugar un circuito turístico clandestino en el que los extranjeros pueden obtener droga, según denunciaron medios locales en 2009.

El turismo carcelario en San Pedro, considerado “el penal más loco del mundo” por el australiano Rusty Young, que escribió un libro sobre esa prisión, saltó a la luz a fines de febrero de ese año por una nota de un diario local.

Según esa publicación los extranjeros pueden hacer un “tour” de una hora por una suma de 35 dólares e incluso obtener droga que se elabora dentro del mismo penal.

Los turistas compran artesanías hechas por los presos, pero también aparentemente cocaína, según la investigación periodística, que indica que de los 35 dólares del paseo, un 70% va para los policías.

La cárcel de San Pedro se hizo célebre gracias al criminal de guerra nazi Klaus Barbie (acusado de 4.500 asesinatos y de haber llevado otras 7.500 personas a campos de concentración), quien estuvo varios meses allí.

Barbie, conocido como ‘el carnicero de Lyon’ y quien vivía en Bolivia como Klaus Altman, fue sacado clandestinamente de San Pedro en 1983 hasta un aeropuerto de donde fue llevado a Francia, donde murió en prisión.