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jueves, 23 de junio de 2011

Grecia mantiene divididos a los socios europeos

Callejear unos días por Bruselas sirve para descubrir la casa natal de Audrey Hepburn, pero sobre todo aspectos más prosaicos de la capital de Europa: la importancia de los lobbys, el arsenal de discursos, informes y transcripciones de largos debates, la sucesión de cumbres plagadas de buenas intenciones y exiguos resultados. Con los mercados de nuevo golpeando y la vista puesta en el desarrollo de las votaciones en Grecia, los jefes de Estado de la UE empiezan a desfilar por Bruselas con un orden del día en el que no aparece Grecia por ningún lado, aunque es evidente que Atenas protagonizará la mayoría de los debates. El presidente del Consejo Europeo, el belga Herman Van Rompuy, tratará de pactar una declaración en las próximas horas de apoyo explícito a Grecia.

Pero todo son dudas. Varios países, y en particular Alemania, Holanda y Finlandia, no quieren una declaración explícita sobre la liberación de los 12.000 millones de euros que Grecia necesita para pagar durante el verano, para presionar a Atenas en la crucial votación de la semana próxima sobre un nuevo y severísimo paquete de austeridad. En las conclusiones provisionales de la cumbre, que se cerrarán mañana, no hay por el momento ni una sola referencia (ni siquiera tangencial) a Grecia. Paralelamente, la Unión ha empezado a poner en marcha para negociar un segundo paquete, imprescindible para que el Fondo Monetario Internacional (FMI), y durante la jornada de ayer varios Gobiernos -Berlín, París, Madrid y Ámsterdam- empezaron a convocar a las principales entidades financieras para que participen en la reestructuración "suave y voluntaria" de la deuda griega.

Las reuniones se sucederán a lo largo del día. La primera de ellas es la de los líderes conservadores, que exigirán a su homólogo griego, Antonis Samaras, que apoye el nuevo plan de austeridad. La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, volverán a reunirse por segunda vez en una semana, tras la cumbre del pasado viernes en Berlín, en la que Alemania admitió que cualquier reestructuración debe ser voluntaria para el sistema financiero. En el orden del día hay también otros puntos importantes, como la ratificación del italiano Mario Draghi como sustituto del francés Jean-Claude Trichet al frente del Banco Central Europeo. Puede que la UE deje para más adelante la luz verde a Draghi. En las últimas cumbres, los socios de la Unión se han especializado en retrasar todo tipo de acuerdos. Esta vez no es diferente.

Tensión en Grecia
En Grecia, el líder de la oposición conservadora griega, Antonis Samaras, ha reiterado hoy que votará en contra del plan de ajuste y privatizaciones pactado por el Gobierno de Atenas con la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI), desoyendo así el llamamiento de los líderes europeos a la unidad nacional para evitar la quiebra de Grecia. "Me están pidiendo que apoye una medicina para alguien que está muriendo por culpa de esa misma medicina. No lo haré", ha dicho Samaras en una entrevista con el periódico Financial Times.

En su opinión, sería "antigriego" y "antieuropeo" persistir con medidas que ni siquiera están generando suficientes ingresos para rebajar el déficit público. El líder conservador griego ha dicho que su principal objeción a las políticas del Gobierno es que están ahogando la demanda al incrementar la presión fiscal, mientras Grecia se encuentra todavía en recesión. Ello agrava los problemas de paro y recortes salariales y provoca que más empresas cierren, evadan impuestos o abandonen el país.

"La liquidez es el principal problema de la economía. Imagine lo que ocurre en la economía real cuando no hay consumo privado, ni gasto público, ni inversión extranjera directa. Todo cierra. Hay una fuga de cerebros y la gente formada abandona el país", ha lamentado Samaras. A su juicio, Grecia debería bajar el IVA, el impuesto de sociedades y las cotizaciones sociales para estimular la economía.

Coordinación europea
Fuera de la cuestión griega, el Consejo Europeo abordará hoy otros asuntos económicos y dará su aprobación final a las directrices para la coordinación de las políticas económicas de los países de la UE (el llamado semestre europeo), así como a las recomendaciones individuales a cada país que la Comisión presentó a comienzos de mes.

También se dará el visto bueno definitivo a la modificación del Tratado necesaria para establecer a partir de 2013 un mecanismo de rescate permanente de países con problemas. Además, está previsto un debate sobre la última ronda de pruebas de solvencia a la banca, cuyos resultados se publicarán a mediados de julio.

Los jefes de Estado y de Gobierno dejarán para el viernes los asuntos no económicos, entre los que destacan la revisión del tratado de libre circulación Schengen y la nueva estrategia política para los países de Oriente Próximo y la ribera sur del Mediterráneo.

El respaldo a la entrada de Croacia como vigésimo octavo miembro de la UE en julio de 2013 y la ratificación del italiano Mario Draghi como próximo presidente del Banco Central Europeo desde noviembre próximo serán otras decisiones de la cumbre.

EL PAIS/ AGENCIAS