Thelma Josefina Monzón, de 82 años, padecía de Alzhaimer y había intentado herirse en dos ocasiones. Por eso cuando fue hallada muerta, en un principio se pensó que se trataba de un suicidio.
Sin embargo, los análisis forenses determinaron que otra persona le había infringido las múltiples puñaladas que le provocaron la muerte.
Una sobrina de la mujer fue a visitarla, porque la anciana vivía sola a pesar de su enfermedad, y la encontró muerta sobre un charco de sangre y junto a tres cuchillos.
El diario La Voz explica este miércoles que los cuerpos policiales encontraron intacto el inmueble, ubicado en el primer nivel de las residencias Araure, en Chuao.
Luego los allegados a la víctima contaron sus antecedentes suicidas y la posibilidad de un asesinato comenzaba a ser descartada. El martes, los familiares esperaban el cuerpo de la mujer a las afueras de la morgue. Estaban convencidos de que el avanzado estado del Alzheimer la había hecho “matarse ella misma”.
Pero Thelma Monzón había sido asesinada. La evidencia demostró que la víctima fue sometida y agredida. El caso se abrió de nuevo el mismo martes.
La puerta de la casa de Monzón no fue forzada. Nada se llevaron de la casa. Se presume que el asesino sabía el estado de salud mental de la víctima.
Con información del diario La Voz
