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martes, 28 de junio de 2011

Sarkozy se adelanta a los socialistas con un ambicioso plan de inversiones

Nicolas Sarkozy vio que el foco mediático giraba mucho hacia el lado socialista y ha obligado a todos a corregir el tiro con una maniobra digna de contraprogramador televisivo. Ayer, la víspera de que arranque la esperada batalla por las primarias socialistas, cuando todos los analistas y las televisiones galas descifraban las claves del que será un proceso duro, incierto y excitante, el presidente de la República francesa abrió sonriente las puertas del Elíseo a los periodistas. Y les ofreció el balance económico de un conjunto de inversiones "de futuro" por valor de 35.000 millones de euros concebidas en diciembre de 2009 y que afectan, sobre todo, a sectores punteros, educativos y tecnológicos, sin olvidar el polémico y vital sector nuclear francés.

Sonriente, seguro, el presidente francés jugó con dos barajas: por un lado, se jactó de un plan de inversiones público en el que, a finales de este año, ya estará comprometida una cantidad cercana a los 20.000 millones de euros, justificándolo con ejemplos griegos: "Grecia nos ha enseñado que la crisis no se supera solo con controles en los gastos; para superar la crisis hace falta crecimiento económico y para esto hace falta inversión". Por otro, acusó a sus enemigos electorales socialistas, sin citarlos, de despilfarradores: "Aquellos que tienen la idea de cambiar nuestra política de contratar solo un funcionario de cada dos que se jubilan, o que quieren regresar a la jubilación a los 60 años, provocarán una explosión de la deuda pública y del déficit si son elegidos en 2012".

Es decir, Sarkozy presentó ayer el desarrollo de un plan millonario en el que anunció, entre otras inversiones, que Francia destinará 1.000 millones de euros para investigaciones en el sector nuclear, en concreto en el reactor de cuarta generación. Y, al mismo tiempo, trató -con éxito- de desviar la avalancha de interés sobre sus oponentes con un ojo puesto ya en las elecciones presidenciales que se celebrarán dentro de 10 meses, en 2012. Unos comicios para los que el presidente francés, a pesar de sus últimas pero leves remontadas, no se encuentra bien colocado. En una reciente encuesta, publicada por Le Monde, Sarkozy no alcanzaba el 20% de intención de voto.

Enfrente, los socialistas François Hollande y Martine Aubry superan, ambos, el 30%. Es decir: la hecatombe política de Dominique Strauss-Kahn, el político francés socialista más popular hasta su detención el 15 de mayo en Nueva York acusado de intento de violación, no se ha convertido en un trasvase de votos o de popularidad hacia Sarkozy, sino hacia sus compañeros socialistas. Precisamente, Martine Aubry, primera secretaria del Partido Socialista, presentará hoy, día en que se abre el plazo, su candidatura a las primarias. Hollande, ex primer secretario durante 10 años, ya ha anunciado que se presentará; también Ségolène Royal, exrival perdedora de Sarkozy en las últimas elecciones de 2008.

Mientras tanto, Nicolas Sarkozy juega hasta el fondo su carta presidencial: ayer desgranó sus inversiones millonarias (18.000 millones para la universidad, 8.000 millones para investigación...), explicó las más polémicas -"hoy por hoy no hay alternativa a la energía nuclear"- y dio palos a izquierda, por inconscientes y malos gobernadores en tiempos de crisis, y a derecha: a Marine Le Pen, presidenta del Frente Nacional, otro enemigo electoral, le criticó su idea de querer salir del euro: "Eso es una locura: al país que se le ocurra salir del euro la deuda se le multiplicará porque la moneda, automáticamente, se devaluará".