El expresidente egipcio Hosni Mubarak y sus hijos, Alaa y Gamal, negaron hoy las acusaciones que recaen contra ellos de abuso de poder e implicación en la muerte de manifestantes durante la Revolución del 25 de Enero.
"Niego todas estas acusaciones", dijo Mubarak, que respondió a la pregunta del juez Ahmed Refat con un micrófono y en una camilla junto a sus hijos, que permanecieron de pie.
Alaa y Gamal, vestidos de blanco y con un libro en la mano, también se declararon no culpables y repitieron la misma frase que su progenitor.
Este histórico juicio supone la primera aparición pública de Mubarak desde el pasado 10 de febrero, cuando pronunció un discurso un día antes de renunciar a la Presidencia de Egipto tras 18 días de protestas.
El exmandatario y sus vástagos podrían enfrentarse a la pena capital si son considerados culpables de planear el ataque contra los participantes en la revuelta popular, en la que fallecieron más de 850 personas.
Un miembro de la Fiscalía egipcia leyó las acusaciones contra Mubarak, entre ellas, que el expresidente acordó con el exministro del Interior Habib al Adli, que también es juzgado hoy, el asesinato de manifestantes en las protestas pacíficas que estallaron el pasado 25 de enero.
Según la Fiscalía, Mubarak y Al Adli permitieron a los policías disparar contra los manifestantes y atropellarlos con su vehículos, y no utilizaran sus poderes para prohibir estas acciones.
Asimismo, Mubarak siendo presidente del país, aceptó para él y sus dos hijos cinco villas y otras propiedades por un valor de 39 millones de libras egipcias (6 millones y medio de dólares) del empresario Husein Salem, detenido en España, a cambio de cederle terrenos privilegiados en la localidad de Sharm el Sheij.
Otro de los cargos que se le imputan es el supuesto acuerdo con el exministro de Petróleo Sameh Fahmi sobre la venta de gas a Israel, por un precio inferior a su valor real en el mercado, a través de una compañía de Salem, que es juzgado en ausencia.
La comparecencia de Mubarak ante el tribunal despertó dudas hasta el último momento, debido a su delicado estado de salud.
El exmandatario estaba ingresado en el hospital de Sharm el Sheij bajo arresto cautelar desde que sufrió un ataque cardiaco durante uno de los interrogatorios judiciales el pasado 12 de abril.
EFE