El Gobierno islamista moderado de Turquía mantiene su pulso con la cúpula del Ejército a causa de las desavenencias sobre el ascenso de oficiales imputados en supuestas tramas golpistas, cuando la reunión anual del Consejo Militar Supremo (YAS) entra hoy en su tercer y penúltimo día.
El YAS se reúne de forma ordinaria cada mes de agosto para decidir sobre las promociones de rango de los oficiales y, si es necesario, para reemplazar la cúpula militar.
Este año no estaban previstos cambios en la dirección de las Fuerzas Armadas hasta que el pasado viernes el jefe del Estado mayor y los comandantes de Tierra, Armada y Aire presentaron su dimisión por discrepancias con el gobierno.
Según la prensa, el núcleo del conflicto es la promoción de varios militares imputados, entre ellos 17 generales en prisión preventiva, a los que se oponen tanto el Gobierno como el presidente de la República, Abdullah Gül, que piden que pasen a la reserva.
A pesar de que los generales dimisionarios no están en la reunión, el cónclave es tenso, pues el ascenso de los presuntos golpistas sigue sobre la mesa.
Una muestra de la tensión es el abandono hoy de la reunión por parte del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, tras horas de encuentro, sin que esté claro si se reincorporará a la mesa de negociación, según informó la emisora NTV.
Otro asunto que planea sobre la reunión es la imputación del general Nusret Tasdeler por sus supuestos vínculos con un plan de propaganda antigubernamental.
La Fiscalía solicitó el lunes el arresto de Tasdeler que, de ser aceptada por el tribunal, le forzaría a abandonar la reunión e ingresar en prisión preventiva.
Mañana ser harán públicas las decisiones finales del YAS, que deberán ser ratificadas por el presidente Gül.
De acuerdo a los análisis de la prensa turca, los mayores problemas se esperan para elegir al nuevo comandante del Ejército de Tierra, ya que los tres candidatos con mayores posibilidades son contrarios al Gobierno de Erdogan.
Se da por descontado que Necdet Özel, exjefe de la Gendarmería y único miembro del Estado Mayor que no dimitió, será ascendido a la jefatura de esa institución, ya que el Gobierno considera que es un militar que no se inmiscuirá en temas políticos.
Algunos medios contrarios a Erdogan le han acusado de "diseñar una nueva estructura de mando" del Ejército y todos coinciden en que el Gobierno se ha apuntado una gran victoria ante unas Fuerzas Armadas que en el pasado no dudaban en intervenir en política para derribar a los Gobiernos que no se amoldaban a sus ideas.
