(EFE).- Unas 200 venezolanas con implantes franceses de la marca Poly
Implant Prothèse (PIP) demandarán ante la Justicia de Venezuela a los
fabricantes y comercializadores de las prótesis, informó hoy el abogado
que lleva el caso, Gilberto Andrea.
El jurista dijo a Efe que el próximo viernes presentarán un recurso judicial
contra los fabricantes “y contra todos los que hayan comercializado las prótesis
PIP y hayan obtenido cualquier tipo de dividendo”.
“Iba a ser un acto íntimo, pero se convirtió en colectivo, empezaron
pocas y ya casi suman 200 las demandantes”, aseguró.
Las demandantes exigirán el pago de las cirugías de extracción de las
prótesis y reparación de las mamas, procedimiento que, según Andrea, registró un
aumento en los costos de más de 150 % en los últimos seis años.
“Ellas están pidiendo las mismas cosas: una cirugía reparadora, que deje a la
paciente en las mejores condiciones posibles, extraer el implante y hacer el
reimplante, porque de lo contrario la persona quedará afectada física y
psicológicamente, porque va a quedar deformada”, explicó el
letrado.
Adicionalmente, solicitarán que se cubran todos los gastos hospitalarios y
los honorarios de los médicos que las intervengan.
Andrea explicó que los cirujanos plásticos que colocaron las prótesis PIP no
serán demandados porque presuntamente también fueron timados al confiar
en un producto que contaba con la garantía de la agencia de salud
francesa.
Explicó que, en cambio, los fabricantes y comercializadores forman parte de
“un circuito económico” que ha generado ingresos y ganancias, por lo que
consideró que deben honrar la figura de responsabilidad social empresarial bajo
la cual no pueden vender un producto sin velar por la seguridad de quienes
invirtieron en él.
“No puede nadie obtener una ganancia lícita de algo que es contrario
al interés colectivo, sobre todo cuando ha generado un problema de
seguridad sanitaria y de salud pública”, advirtió.
Andrea agregó que las demandantes sienten “mucho miedo” por las consecuencias
que pueda acarrear en la salud el llevar estas prótesis y no cuentan con los
recursos para extraerlas y reparar las mamas.
“Tengo el caso de la señora que se operó ella y las dos hijas, las
tres tienen implantes PIP, es mucho dinero el que tiene que pagar solo esa
familia”, comentó el jurista quien calculó que solo este hogar deberá
gastar más de 54.000 bolívares (12.500 dólares) en la extracción y reimplante de
los senos.
El abogado también reclamó que en el país no existe un verdadero control en
la venta de cualquier tipo de prótesis mamaria, al indicar que se observa su
venta libre en portales comerciales en internet.